EDITORIAL | Vestas: un recorte de la producción muy dañino para las exportaciones

Los componentes para las instalaciones de generación de energía eólica ha supuesto para la provincia en el primer trimestre del año un incremento general de las exportaciones del 48%, sobre todo por el efecto de la creciente demanda de Francia y México, especialmente, aunque también de Tailandia, Argentina, Italia y República Dominicana. Es más, la comercialización exterior de aerogeneradores, que en ese periodo de tiempo registró un incremento del 41% con relación al primer trimestre del año pasado, supone el 25% de todo lo que la provincia vende en los mercados internacionales, que al cierre de marzo, último dato disponible, alcanzaba un valor de 426 millones de euros.

Pero el efecto de estos reveladores porcentajes tiene una doble lectura por su incidencia también sobre la importación de materiales y componentes, fundamentalmente para el sector industrial, que en sólo tres meses alcanzaron los 10 millones de euros, con un efecto dinamizador sobre la economía provincial.

A la vista de esos datos, la pretensión por parte de Vestas de deslocalizar parte de la producción de su planta en el polígono industrial de Villadangos del Páramo —cerraría cinco de las siete líneas de producción, cuatro en agosto y una en enero, para llevar dos a China y una a India— supondría para León un doloroso desplome de las ventas internacionales justo en el momento en el que asistíamos a un esperanzador impulso del comercio exterior. Eso, al margen del daño sobre el empleo directo en la propia planta —180 trabajadores eventuales y la mitad de los 360 fijos—, deja a la dirección de la compañía sin argumentos convincentes que justifiquen mínimamente tan drástica decisión. Sobre todo si además se suman las millonarias ayudas recibidas en los apenas doce años de permanencia y actividad en la provincia.