EDITORIAL | El hartazgo por el daño a Feve saca a León a la calle

León acogerá mañana una manifestación para protestar por la grave crisis que sufre la línea ferroviaria de vía estrecha, por la paralización —tras siete años— de su entrada al centro de la capital y por los reiterados problemas que se generan en forma de faltas de personal o deficiencias técnicas, que generan un servicio inaceptable. El hartazgo entre los usuarios de la línea es más que notable y existe un problema añadido en forma de merma continuada en el número de usuarios, que poco a poco van abandonando un servicio que se hace insufrible porque no se trata de molestias puntuales, el problema es constante en todo tipo de órdenes. León debe pelear para no perder una línea histórica que sirve para dar vida a su montaña. En juego hay un buen número de puestos de trabajo y también la posibilidad de que el mundo rural disponga de unos servicios aceptables. Zonas como la cuenca del Torío tienen en este tren una de sus fórmulas fundamentales para retener población. Y para municipios como Villaquilambre la solución tranviaria también será clave al poder desplazarse desde sus pueblos hasta la avenida Padre Isla con comodidad e incluso con la fórmula más sostenible de transporte, puesto que si se recupera la eficacia se disminuirán los coches que acceden a León.

Urgen explicaciones. Ni el Gobierno del PP lo hizo ni tampoco lo hace el del PSOE. El Ministerio de Fomento debe aclarar la razón de tanto daño a una línea férrea fundamental.