EDITORIAL | Escalada de precios dañina cuando el mercado turístico se está endureciendo
La competencia en el mercado de turismo interior se ha hecho singularmente dura en estos años en los que la recuperación económica ha otorgado un importante impulso a la actividad. Es verdad que en ocasiones resulta complejo saber qué está ocurriendo en realidad porque proliferan los datos contradictorios sobre quién gana pernoctaciones, quién pierde visitantes o cuándo se amplían o reducen las consultas en las oficinas de turismo de cada localidad. Pero nadie debe obviar que para provincias con problemas de desequilibrio en sostenibilidad económica el filón del turismo supone un yacimiento de empleo y riqueza que no debe desperdiciarse. En León se han hecho muchas cosas en los últimos tiempos muy positivas y hoy se vive una edad de oro que se hace evidente en las calles de la capital, de Ponferrada o Astorga, o en los parajes más emblemáticos como pueden ser Valporquero, Picos de Europa o Las Médulas.
El problema reside en que no se puede matar la gallina de los huevos de oro y existen unas leyes económicas inapelables, que al final son las que dictan si alguien es o no competitivo en los mercados. Y por ello llama la atención que los hoteles leoneses disparen sus precios a pesar de que las estadísticas reflejan una creciente pérdida de viajeros. León tiene hoy unas tarifas en sus establecimientos que están muy por encima de las ciudades del entorno y eso daña el presente y puede ahogar el futuro.
