Diario de León

AL TRASLUZ

Peligroso salto de balcón

León

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Dice un sector de la Abogacía del Estado que lo de los separatistas no fue rebelión. Pero los hechos son contundentes y todo lo demás es filigrana con el lenguaje, ese papel de fumar los porros verbales. Cuando al Guapo de Calahorra le sorprendían en cama ajena alegaba de primeras: «esto no es lo que parece». Si el marido engañado señalaba con la espada: «¿Y eso…?», entonces, al Guapo de Calahorra no le quedaba ya otra que exclamar el socorrido «¡Una vaca volando!», momento de confusión propicio para saltar por el balcón, de ahí que solo se achuchase con mujeres que vivieran en el primero. Los hechos cantan. Pues bien, la Abogacía del Estado ha saltado desde el quinto y se ha dejado las vergüenzas sobre el asfalto. Normal. Un bochorno, también para los juristas que no comparten tan surreal argumento. Por lo menos, Jeanette reconocía serlo: «Yo soy rebelde porque el mundo me hizo así/». Pero al nacionalismo sí se le ha tratado con amor y sí se le ha querido oír. Esta tropa del chusco adiós no ha versionado a la cantante sino a los Hermanos Calatrava, que la grabaron en friki. ¡Vaya si lo del separatismo catalán ha sido rebelión! Y siguen en ella, pues han montado una industria muy rentable de la pancarta y el amarillo. Argumentar que no se empleó la violencia recuerda a ciertas sentencias según las cuales no hubo ensañamiento porque el asesino asestó sonriente las 200 puñaladas.

El Gobierno no quiere dar por agotada la legislatura. Se encuentra agotadísima, pues nació ya cansada. El director de Efe ha tenido que disculparse por convertir a los partidos participantes en un homenaje a la Guardia Civil en los culpables, toma del frasco, del intento de reventarles el acto. Aquí los hechos también son lo que parecen: ignominiosos por parte la agencia, los previsibles por parte de los separatistas vascos. ¿La culpa es de las víctimas, por provocar?

«Tengo mis dudas de si hubo rebelión», aseguró el ministro Ábalos. Y añadía sagaz: «Pudo tratarse de un intento, pero no se consumó». Pero si llega consumarse él no estaría ahí, haciéndole genuflexiones al separatismo. Esto es lo que parece, y cada vez nos lo parece más. Demasiado salto de balcón, hasta para el Guapo de Calahorra.

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