Diario de León

TRIBUNA

La autovía Braganza-León

Publicado por
JOAQUÍN CUEVAS ALLER ESCRITOR
León

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E n noviembre se celebró una cumbre hispano-portuguesa en Valladolid con el fin de encontrar soluciones a la despoblación que sufre la región leonesa y el noreste de Portugal. Quedó en el olvido la construcción de la autovía Braganza-León, una vía necesaria para el desarrollo tanto de Portugal como de la provincia leonesa.

El 16 de julio del año 2008 este Diario de León me publicó una Tribuna sobre esta autovía. En el artículo decía que la construcción de esa autovía era una misión imposible. Entre las razones que exponía para demostrarlo estaban las siguientes. La mayor y más importante industria portuguesa está en la parte norte de Portugal, en el triángulo Oporto, Braga y Guimaraes. El mercado natural de los productos manufacturados portugueses es el centro y norte de Europa, y el medio de transporte ha sido siempre el terrestre. Con un simple vistazo a un mapa podemos comprobar que la ruta más lógica para el transporte de las mercancías portuguesas a Europa es Oporto, Braganza, Puebla de Sanabria, León y Burgos. Sin embargo, desde Valladolid contemplan otras alternativas: por la parte más al norte, se contempla el recorrido Oporto, Braganza, Zamora, Valladolid y Burgos. La parte más al sur contempla el recorrido Oporto, Guarda, Salamanca, Valladolid y Burgos. En el mejor de los casos, estos dos recorridos superan los cien kilómetros el recorrido por Braganza-León-Burgos.

Lo que Valladolid persigue es que la autovía Braganza-León no se construya nunca porque dicha vía no beneficia a Valladolid, beneficia a León y eso es inadmisible.

La creación de las autonomías ha generado unas diferencias entre las diversas regiones indignas de una democracia. Esas diferencias se notan muy especialmente en la autonomía de Castilla y León. Todos los gobiernos autonómicos están haciendo de Valladolid otro Madrid. Desde que Madrid fuera nombrada capital de España, ha funcionado como un agujero negro, ha atraído para sí todo lo que había en toda La Mancha, dejando todo el centro de España semidespoblado. El rey Carlos III fue el que planificó la construcción de los caminos reales, convertidos luego en las seis carreteras radiales, de la N-I a la N-VI, y hoy son las autovías A-I a la A-VI. Casi todas las comunicaciones por tierra tenían que pasar por Madrid. Valladolid está haciendo lo mismo, se están construyendo autovías para comunicar las ocho capitales provinciales con Valladolid. Todo tiene que pasar por Valladolid. Lo expresó muy bien el político Tomás de Villanueva con aquella frase: «lo que es bueno para Valladolid es bueno para la autonomía». Con el mismo argumento se podría decir: lo que no es bueno para Valladolid no es bueno para la autonomía.

Los datos demuestran que los gobiernos sólo piensan en beneficiar a Valladolid. La provincia vallisoletana es la única que ha aumentado la población y la riqueza, todas las demás tienen datos negativos.

Hay un dato muy claro: Castilla y León tiene una superficie de 94.000 kilómetros cuadrados y una población de 2.400.000 habitantes y bajando año tras año. Portugal tiene una superficie de 92.000 kilómetros cuadrados y una población de 10.300.000 habitantes y subiendo año tras año. Portugal con una superficie algo inferior a Castilla y León tiene una población cuatro veces superior.

Lo más sorprendente es que en la cumbre hispano-portuguesa no ha aparecido solución alguna por parte del Gobierno de España al grave problema de despoblación en el mundo rural de esta autonomía. Lo más destacado han sido unas declaraciones de Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta, quien dijo: «hay que estar alerta contra quienes quieren eliminar el modelo autonómico que garantiza la igualdad de oportunidades».

Que Valladolid sea la única provincia que ha aumentado su población y su riqueza mientras la provincia de Soria tiene una población como una barriada de Valladolid, que la provincia de Zamora tenga la población similar a la que tenía en el siglo XIX o que actualmente nazcan más niños leoneses fuera de la provincia de León que en la propia provincia, a eso Herrera lo llama igualdad de oportunidades.

La política ejecutada por la Junta es parecida a lo que los físicos llaman agujero negro. Dicen los físicos que un agujero negro es una zona del espacio donde se concentra una gran cantidad de masa en su interior con una fuerza de gravedad de tal magnitud que ninguna partícula material ni siquiera la luz puede escapar de él. Al mismo tiempo, todo lo que está a su alrededor queda irremisiblemente atrapado por el agujero sin posibilidad alguna de salirse de él.

La actual autonomía de Castilla y León es lo más parecido a un agujero negro. La ciudad de Valladolid es la gran masa con una fuerza de atracción tal que todo lo que le rodea queda atrapado por ella. Todo lo que le rodea ha sido atrapado y nada de lo que ha sido atrapado tiene posibilidad de escapar.

Los talleres de Renfe de León, las oficinas de Telefónica y un largo etcétera han sido atrapados por la fuerza de gravedad vallisoletana sin posibilidad de poder escapar. Lo malo es que los agujeros negros son cada vez más grandes y los alrededores cada vez más vacíos. Según los físicos, el agujero negro llegará a tener tal descomunal fuerza de gravedad que provocará la desintegración de su estructura atómica.

Pues bien, cuando Valladolid haya atrapado todo lo que hay en este espacio autonómico se desintegrará automáticamente. Esto ocurrirá entonces o tal vez antes si algo o alguien consigue provocar la desintegración. Los leoneses no podemos esperar ayuda de nadie, la Junta no solamente no está por la labor, sino que está alimentando el agujero negro. Los leoneses no tenemos que luchar contra nadie, sólo contra nosotros mismos hasta que logremos sentirnos lo que siempre hemos sido: leoneses y españoles.

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