EDITORIAL | Nueva era con un parlamentarismo más rico si cada uno asume su papel

Las Cortes abrieron una décima Legislatura que aporta notables novedades, aunque se mueve en un terreno conocido. En 1987, tras un empate a escaños de AP y PSOE, los votos del CDS fueron decisivos y este partido tuvo a Carlos Sánchez Reyes como presidente del parlamento. Ahora es Ciudadanos (Luis Fuentes) el que alcanza la responsabilidad de liderar y convertir a las Cortes en una herramienta útil para dotar a la Comunidad de las mejores leyes posibles. La Democracia tiene en el Parlamentarismo uno de sus pilares y la ausencia de mayorías absolutas facilita la oportunidad de que se consiga un debate mucho más enriquecedor. Pero lamentablemente los mimbres generan ya dudas desde el primer momento. Las ‘leyes’ de la Democracia son inapelables y las elecciones y los pactos posteriores ponen a cada uno en su sitio. PP y Ciudadanos han conseguido un acuerdo, que parece evidente que no gusta a todos incluso dentro de sus propias formaciones. Pero también supone que se envía al PSOE a la oposición, probablemente poniendo en evidencia sus carencias y la falta de un liderazgo eficaz para conseguir presentar un proyecto con el que convencer a quién ejerce como llave. La apuesta por el ‘no es no’ resultará dañina para todos los ciudadanos de la Comunidad y sin duda la castigarán cuando toque pasar por las urnas. Si se dan por buenos pactos en el propio partido en los que incluso entran fuerzas independentistas, antisistema o herederas del terrorismo no parece razonable intentar convertir el acuerdo PP-Cs en las Cortes en la mayor de las infamias.