Diario de León

TRIBUNA

¿Quién nos invadió de avispas asiáticas?

Publicado por
Pedro Díaz Fernández Agente Medioambiental y Licenciado en Psicología
León

Creado:

Actualizado:

C omo profetizar que el Bierzo sufrirá en breve una invasión de avispa asiática no tiene mérito (espero equivocarme), me arriesgaré a buscar a su responsable. Existe esa explicación arraigada de que toda plaga viene transportada por los helicópteros del Icona o por avionetas de compañías químicas, como esas que dicen que sobrevuelan los colegios para posteriormente vendernos productos antipiojos. Aunque aparezcan incluso testigos con su «que sí, que sí, que yo los vi», lo cierto es que no me creo ese tipo de leyendas y apostaría que todo es responsabilidad de la Señora Xiaoyan, que abrió una ventana al caos.

Trataré primero de explicar mi profecía antes de continuar con la acusación contra la señora Xiaoyan. Solo tienen que imaginarse una madre soltera de antaño (por cierto, una de esas a las cuales la sociedad se atrevió a condenar por ser mujeres, jóvenes, sentir deseo y conservar esa inocencia que no permite distinguir la moral de la hipocresía). Aún señaladas, ocultas, maldecidas… sacaron adelante a sus hijos.

Del mismo modo, la avispa asiática sale un día de su hibernación, preñada y abandonada por algún zángano (varios en su caso), y con ese instinto de la maternidad comienza a solas a construir su nido. Nada la va a frenar. Un viaje hasta el río para transportar una viruta de celulosa, otro viaje y un poco de rocío… nacen sus larvas, otro viaje y un pedacito de insecto… y después de innumerables idas y otras tantas venidas, sus pequeños bastarditos comienzan a ayudar a la exhausta madre. Lo normal es que construyan un nuevo nido y este albergará una familia más numerosa y extraordinariamente disciplinada que proseguirá su actividad hasta lograr una auténtica obra arquitectónica. Es probable que cuando caigan las hojas la vean sujeta a la copa de un árbol y se darán cuenta de que presenta un tamaño enorme.

No quiero inquietarles, pero puede que albergara hasta 15.000 avispas. Pero no se molesten ya, el nido está vacío y cientos de nuevas madres preñadas hibernan escondidas en troncos, ramas, una taza de cerámica… esperando la próxima primavera.

Si a este esbozo de la biología de la avispa asiática añadimos que el verano anterior se constató su nidificación en el Bierzo, ¿qué merito tiene suponer que este año pueden multiplicarse sus citas?

Es el momento de buscar responsabilidades. Algunos expertos aseguran que la avispa asiática llegó a Europa en un barco que transportaba cerámica del sudeste Asiático. Por lo visto, en algún lugar de tan lejana zona la señora Xiaoyan salió aquel día una hora antes de su trabajo y abrió la ventana para ventilar el comedor porque su hijo Wang había vomitado una papilla en mal estado. La papilla se estropeó porque su cuidadora Hui Ying olvidó conservarla en el frigorífico. Xiaoyan abrió la ventana en el preciso momento que cruzaba una avispa asiática que fue introducida en el interior del comedor por una fortuita corriente de aire surgida desde el río. Debido a que su marido, el señor Shui, dejó provisionalmente una caja de cerámica de exportación en el comedor porque su jefe Yuan no encontraba las llaves del almacén, la avispa se coló en una pieza y está finalmente salió rumbo a Europa con tan inoportuno huésped…

Por lo que están viendo culpabilizar a la señora Xiaoyan de la introducción de la avispa asiática es injusto y estúpido. Es injusto porque nada de esto hubiera ocurrido sin la acción de los otros autores: Wang, Hui Ying, Shui, Yuan… a los que además habría que añadir a Zhao, jefe de Xiaoyan por enviarla a casa una hora antes del cierre, y a su vez a Jia Li, esposa de Zhao, porque este cerró el negocio debido a que se puso de parto en ese mismo momento, e incluso al pequeño Kumiko porque por no estarse quieto, nació unos días antes de lo previsto.

Pero además de injusto digo que es estúpido acusar a Xiaoyan porque en esta historia todo es ficticio, salvo que se cree que la avispa llegó a Europa en un barco de cerámica desde el sudeste asiático y que la única explicación viable es la teoría del caos, en la que un pequeño hecho fortuito, unido a otras muchas condiciones, genera consecuencias impredecibles, y más en un mundo tan globalizado.

¿Qué va a pasar con la avispa? Dicho ya que las consecuencias son impredecibles, opino que se establecerá, que el medio se adaptará pero nunca volverá a ser el mismo. No obstante, amenaza a las abejas porque destruye las colmenas por completo. Es interesante encontrar métodos para prevenir o minimizar este daño por el bien de la economía rural, no solo de los apicultores sino también de los agricultores que necesitan de su polinización, y por el bien de todo el ecosistema. En cuanto la amenaza a las personas, no hagan caso de tanto sensacionalismo como se viene publicando. Esta avispa es pacífica por naturaleza, sus ataques se producen cuando sienten amenazados sus nidos, y cuando causan la muerte suele ser por alergias a su picadura, como ocurre con otras avispas y con las abejas. Sería recomendable que se informen sobre la aplicación de adrenalina, sobre todo aquellos más expuestos, como los jardineros que pueden golpear una colonia accidentalmente. Pero créanme, es más fácil que descubran que llevan conviviendo con un nido enorme todo el verano sin ni siquiera sospecharlo a que un insecto de estos les ataque gratuitamente. Ratas y garrapatas son animales mucho más peligrosos.

Recuerdan que según mi invención la fortuita corriente de aire surgida desde el río introdujo la avispa en el dormitorio de Xiaoyan, pues bien, es una comparación ridícula del huracán que el aleteo de una mariposa provocó a miles de kilómetros de donde se encontraba en lo que se conoce como «el efecto mariposa». Prefiero finalizar sustituyendo el caos por una mariposa que solo se debe manipular con sumo cuidado y que representa la fragilidad de «nuestra casa común», que por medio de un aleteo nos alzó en la cúspide de los organismos superiores y por otro aleteo nos puede reducir a bacterias: no juguemos a ser dioses si pretendemos controlar la avispa asiática.

tracking