EDITORIAL | Presencia real en la transición ecológica de los ayuntamientos

Los ayuntamientos de las comarcas del carbón iniciaron hace muchos años una auténtica batalla para poder hacerse oír en los foros de debate sobre la minería. A través de Almi —luego Armi— y con Acom (Euroacom) se han mostrado siempre muy activos aunque el éxito real de sus acciones ha estado muy limitado porque al final todo quedaba en manos del Gobierno de turno —tanto europeo, nacional o autonómico— y su deseo de hacerles un hueco en esos foros de debate. Lo cierto es que siempre se les limitó mucho su presencia, en lo que se ha comprobado como un error. El papel protagonista dado a los sindicatos amordazó la voz de unos alcaldes que, sin duda, son los grandes conocedores de las cuencas y los más capacitados para concretar cuáles son las prioridades de inversiones y los proyectos más interesantes.

Ahora Acom reclama un espacio en el llamado proceso de transición ecológica. El cierre traumático de la minería ha dejado unas cicatrices enormes en esos municipios. Si por fin llegan alternativas o fórmulas de apoyo lo lógico es que se tenga en cuenta a quienes conocen la realidad de los pueblos mineros. En la transición se han visto «inmersos por decisiones ajenas a su voluntad». Su participación en las líneas de actuación debe interpretarse como «inevitable y necesaria». Acom así lo reclama.