¿De verdad, tenemos la mejor sanidad del mundo?
Si es por la calidad humana y dedicación de sus componentes, estoy dispuesto a decir rotundamente sí. Si es por la gestión de todos conocida de esta absurda pandemia con sus avatares, que estamos sufriendo, digo rotundamente, no.
Quizá en este segundo punto pueda decirse en descargo de los profesionales que están manejando esa gestión, que, en innumerables ocasiones de este episodio, han seguido las órdenes y directrices de quienes estaban al mando de esa gestión. Eso ha sido de aurora boreal. Siendo una cosa tan seria, pareciese que estábamos jugando, que todo era de broma, una especie de simulacro. Pocas veces daba la sensación, que esos dirigentes se paraban a pensar, que diariamente se nos morían cientos de compatriotas y la solución, nunca se veía llegar. Como dar palos de ciego. Si teníamos suerte se acertaba y si no, unos cientos más de muertos. No pasa nada.
Pero, a los responsables, y hacíamos declaraciones en televisión, se nos llenaba la boca de decir que éramos los primeros en cuestión de sanidad. El ínclito Simón, no tuvo ningún rubor en decir al comienzo de esta pesadilla que todo esto sería un poco más que una gripe fuerte. Quizá algunos afectados graves pero pocos. Bien es cierto que su jefe el ministro Illa, qué aspecto de hombre de funeraria por favor, era la cara más inexpresiva que teníamos para que nos contara como se iba desarrollando la situación. Situación que él, el ministro, siempre veía que cada vez iba mejor, cada día de rueda de prensa, la pandemia estaba más dominada. Ja, ja, ja. Pero ese equipo impertérrito e inasequible al desaliento, era como un martillo pilón, golpeando sobre nuestros cerebros para intentar demostrar que nuestra medicina era la mejor del mundo. Como diría un andaluz ilustrado, «y dos huevos duros».
Hemos sido señalados a nivel internacional, qué vergüenza por favor, con toda la razón, que nuestro país disfrutaba el privilegio de ser el que peor gestión estaba llevando a cabo para dominar al coronavirus.
Claro que, apoyándose en ese inalcanzable prestigio de nuestra medicina, el Dr. fraude Sánchez, nos ha conminado cada semana, a que estuviésemos quietecitos en casa. Que hasta ahí no llega el virus, que se lo han dicho sus tropecientos asesores médicos. ¿Y por qué nos pide una prolongación del estado de alarma? Sencillamente porque si se aceptase ese nuevo alargue, se llegaría hasta el 30 de junio. ¿Y qué ocurriría pues? Que los meses de julio y agosto el Parlamento estará cerrado por lo que Sánchez se vería liberado de comparecer ante los diputados, hasta octubre. ¡Largo me lo fiáis! Así están las cosas. Aquí no se da una puntada sin hilo y el más tonto hace aviones de despegue vertical, los Harrier. Menudos somos nosotros
Acojona pensar, solo pensar, que nuestro futuro, cuando el coronavirus sea derrotado, ¿será verdad? Se va a desarrollar en el terreno económico. Escalofríos dan solo pensarlo. ¿Cuantos miembros de este Gobierno, le fuerzan al presidente que dedique atención especialísima a encontrar soluciones que ayuden al pequeño empresario, al pequeño comercio, a las empresas en general, a las grandes igualmente, que ellos son el verdadero tejido comercial de nuestro país, cuantos de los ministros se inquietan por ello?
Hay que tomar quizá las declaraciones del ministro Garzón que parece que está jugando al Monopoly, cuando dice que el Turismo no tiene importancia en nuestro país, es más, no aporta ningún valor añadido. ¿Sabrá este ser lo que es el valor añadido? ¿Pero donde ha estudiado este ministro si es que ha estudiado? Este señor no puede salir de España y representarnos en ningún foro. Abre la boca y nos lo devuelven por mensajero, tarifa exprés. No es normal lo que estamos viviendo. Nuestra sociedad no se merece esta cantidad de mentiras y malas decisiones por parte del Gobierno de la nación. Esta es la situación actual, después de dos meses de confinamiento y de mil y una rectificaciones a decisiones que se van tomando. O sea, vergonzoso. Menos mal que tenemos la mejor sanidad del mundo...