El deambular de nuestros mayores
Una vez, que parece, que la pandemia covid-19 quiere darnos tregua o eso nos quieren hacer ver… llega el momento de poner sobre la mesa otros temas, que probablemente hayan ido quedando en segundo plano: listas de espera, falta de profesionales, etc., etc.
Uno de los temas que me tocan de cerca y del qué ya he expresado mi inquietud en alguna otra ocasión, es el de nuestros mayores recorriendo la geografía de nuestra comunidad, y no precisamente por ir de vacaciones. Se ha dicho y oído, hasta la saciedad, dependiendo de que lado de la mesa esté uno sentado la inconveniencia del peregrinar de los mayores de casa en casa, cuando son varios hijos los que se encargan de su cuidado. Motivos diversos lo justifican: aumento de la desorientación, pérdida de rutinas, desarraigo por pérdida de la sensación de no tener hogar propio…Y eso a pesar de que el tránsito es entre casas de familiares. He de decir al respecto, que estoy totalmente de acuerdo en lo inadecuado de esta práctica. Sin embargo, soy consciente que dado el tipo de vida que llevamos en la inmensa mayoría de los casos no queda más remedio que ejercer esta práctica que para los mayores suele ser caótica.
Una vez dicho esto como introducción, enfatizando el hecho de la inconveniencia del ir y venir de nuestros mayores y centrándome ya en el motivo de éstas líneas.
Lo que parece del todo, no se si inadmisible, pero si incoherente es que este vaivén lo genere la administración con nuestros mayores a la hora de ocupar plazas concertadas en residencias de mayores. Mayores de aquí en Burgos, Valladolid, Salamanca, etc y los mayores de esos lugares y otros de la comunidad autónoma en plazas de las residencias de nuestra zona.
En un tiempo en el que se dedican a promocionar las unidades de convivencia, porque favorecen la sensación de hogar y pueden compartir más tiempo con sus familias, resulta que los enviamos a 300-400 km bien lejos de sus casas, de donde ya de por si les cuesta salir y de sus familias…¿Existe, acaso, convivencia mejor que la proximidad de los seres queridos?, ¿se puede conseguir esto estando a esas distancias, cuando quizás sólo puedan desplazarse puntualmente a verlos?
Y no es este el único problema que generan estos traslados. Este grupo de edad es proclive a ser valorados en varias especialidades hospitalarias (geriatría, neurología, salud mental, etc.), cuando se van suelen perder esas consultas, cuando llegan al lugar de destino, lógicamente se les vuelven a pedir allí, pero resulta que cuando les van a ver allí han solicitado el traslado para su zona de origen y entonces también pierden aquellas consultas y cuando llegan aquí reiniciamos le proceso…
Nadie se puede sentar a pensar como resolver este problema, o al menos yo lo veo como un problema. Seguro que nuestros mayores y su familias lo agradecerán.