Diario de León
Publicado por
Antonio Leira
León

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Desde Luis de Góngora, Antonio Machado, Mario Benedetti, hasta la bella canción de Georges Moustaki, Ma solitude, a muchas personas —por no decir a todas— nos ha invadido el sentimiento de soledad en mayor o menor grado, y como en mi caso, solamente lo he podido superar con un tratamiento de orientación Kleiniana, siendo imposible hacerlo siguiendo la charlatanería del Sr J. Lacan y sus adláteres.

En 1963 se publicó el trabajo de Melanie Klein, titulado Sobre el sentimiento de soledad.

Según la autora, la soledad interna surge como un anhelo omnipresente de un inalcanzable estado interno perfecto. Todos la experimentamos en cierto grado, pues derivan, según la autora, de las primitivas ansiedades psicóticas del bebé.

Ni siquiera las personas sanas logran superar por completo las ansiedades paranoides y depresivas, las cuales constituyen la base de cierto grado de soledad.

La internalización del pecho bueno abre el acceso a las fuentes del goce en el mundo externo

La internalización del pecho bueno abre el acceso a las fuentes del goce en el mundo externo, reduciendo en cierto grado la soledad. El goce está en estrecha vinculación con la sensación de comprender y ser comprendido, estando así mismo ligado a la gratitud, y si ésta es profunda incluye el deseo de retribuir la bondad así recibida, constituyendo la base de la generosidad, estando ésta en la base de la creatividad del adulto.

Cuanto más severo es el superyó, tanto más severa será la soledad, ya que las severas imposiciones que impone el superyó hace aumentar las ansiedades depresivas y paranoides.

Cuando el cura Francisco accedió a la jefatura el Estado Vaticano, renunció a vivir en los departamentos papales, según declaró a la prensa, por los problemas psicológicos relacionados con el sentimiento de soledad, (recuerdo al lector que el cura Bergoglio, estuvo en tratamiento psiquiátrico en Buenos Aires con una psicoanalista durante seis meses, una vez por semana), de manera que pasó a vivir en la Residencia Santa Marta con muchos hombres y mujeres (sacerdotes y monjas). Las monjas vicentinas atienden los diversos servicios en dichas dependencias desde el siglo XVII, así mismo atienden a los obispos locales en Tanzania, Burkina Faso, República Centroafricana, haciendo todo lo necesario para agradar a dios. (Agencia Informativa Católica, Argentina).

En la página 241, del libro de Frazer, La rama dorada (Editorial fondo de Cultura Económica) leo» «…Estas mujeres se convertían en prostitutas de por vida o por un periodo de años en algún templo…. y lejos de considerarse infame, se consideraba que era una forma de honrar al Creador de una manera alternativa…».

En esta misma página, en el pie: «Esta identificación entre la vida de las prostitutas y la de las monjas es una de las pinceladas mas audaces de Frazer». Claro que en esa época de Frazer no se habían publicado los innumerables casos de pedofilia en la Iglesia católica, se supone que en la Ortodoxa, sucederá mas de lo mismo, ¿será ese el problema de Putin? (La cursiva es mía ), y en acabando este artículo me voy a cenar un Tajín vegetal.

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