Diario de León
Publicado por
Andrés Zorita Calvo
León

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Europa es un puntito en el planeta que quiere ser el ejemplo de protección de los ecosistemas del globo —lo cual es necesario— pero al que desgraciadamente nadie sigue. Va a su bola. Europa no ha conseguido establecer vínculos suficientes de influencia con el resto de los continentes. Probablemente por su posición de debilidad derivada en muchos aspectos de la externalización industrial (que trabajen otros mas barato) y al poco peso político y militar.

Leo en estos días sobre las nuevas imposiciones de Bruselas acerca de la prohibición de la pesca de arrastre de más de 400 metros de profundidad y la prohibición en 2023 de pescar en 87 zonas, con la clara intención de proteger ecosistemas marítimos vulnerables.

Me parece que se va a poner el pescado a unos precios que sacará a este producto del alcance de la dieta de las clases medias y bajas. Ya se consume menos pescado. Un desastre para la salud europea, y especialmente la española, caracterizada por una dieta con un equilibrio muy saludable al ser rica en pescados, que es la responsable de los excelsos estándares de salud y longevidad de nuestra sociedad.

Además también afectaran estas decisiones a la industria pesquera española y a una flota pesquera que es de las más importantes del mundo.

Por supuesto que ‘otros’ explotarán hasta la saciedad los ecosistemas planetarios lejanos (el fariseísmo europeo que tanto daño hace) y nos venderán el pescado a otros precios fuera del alcance de mucha gente. Es cierto que el ecosistema está en riesgo, pero las personas también. Lo están más aún.

A veces estás decisiones son tomadas por políticos preponderantemente de países con menor implicación que el nuestro en la pesca.

Me parece más adecuado que a la hora de implementar las restricciones para proteger al planeta se nos consulte en los asuntos que más nos conciernen y simultáneamente se tengan claras todas las situaciones antes señaladas y se hayan pensado y ofrecido medidas alternativas para proteger principalmente la salud de la gente (los gobiernos están implicados en las dietas) y además también se haya planificado la situación laboral y social del sector. Porque de lo contrario, se crean más problemas como la sobre explotación y expolio de caladeros de países del tercer mundo en otras zonas del planeta con dirigentes sin tantos escrúpulos medioambientales y sin restricciones de ningún tipo, siendo el daño al planeta aún mayor.

La salud de nuestra sociedad es una prioridad, así como el incremento del paro y el encarecimiento de la vida.

Todo esto es mucho más grave en España que en el resto de los países comunitarios, tanto por su dieta saludable (en otros países comen menos pescado) como la ausencia del sector pesquero. No me gusta la tónica permanente escogida en Europa de restringir, prohibir, regular para controlar y dirigir la vida de la gente. Todo esto, a mi entender, hay que hacerlo proponiendo alternativas y soluciones. Se puede conseguir lo mismo e incluso más eficacia sin tanta regulación y tanta prohibición.

Cada prohibición antes de ser emitida debe de ser al menos evaluada previamente con el planteamiento de soluciones a sus consecuencias pues de lo contrario cada una de las prohibiciones crea cuatro problemas más cuyas soluciones llegan tarde o no llegan nunca.

En las clases medias, con estos sistemas tan regulativos, se crean problemas adicionales que las reducen, las asfixian con una evolución a la decadencia. Si Europa pinta poco ahora, pintaremos menos en el futuro y harán lo que quieran con nosotros.

Que hay que proteger al planeta esto es un hecho, que hay que luchar en lo que implique el factor humano (que debería cuantificarse) en el cambio climático es una obligación, pero que hay que hacerlo de otra forma, también lo es.

Pongo un ejemplo de lo que digo. Un sólo barco mercante contamina lo mismo que dos millones y medio de coches. Actuar sobre los barcos es más eficaz que incomodar a varios millones de familias, pero a la vez se puede actuar sobre ellas sin prohibiciones, simplemente favoreciendo un mercado fiscalmente dirigido a conseguir los cambios que deseamos en tanto en la movilidad como en el consumo, consiguiendo de esta manera hábitos menos contaminantes y procediendo de una forma progresiva no aguda y sin necesidad de prohibir y controlar sus vidas con cámaras de vídeo y multas.

Otro día les contaré asuntos sobre la energía pues esta pasando algo parecido. La energía es el aire que respiramos, es algo imprescindible en el desarrollo social y económico y de salud y que ahora se propugna bajar su utilización debido a su encarecimiento. Pues necesitamos todo lo contrario, abaratar la energía y que sea lo más respetuosa con el medio ambiente para tener empresas y trabajo y desarrollo. No ir paulatinamente a la edad de piedra.

Se pensó que las energías renovables podían sustituir inmediatamente al petróleo (error), lo cual se ha demostrado en estos momentos que no lo es todavía aunque hay que apostar por ellas indudablemente para su desarrollo, pero todavía queda un hueco en esta transición que hay que ocupar con otras fuentes para conseguir bajar el precio de la energía y para desligarnos de una vez de los países ‘gasolineras’ y evitar las guerras. Como esto no se ha hecho, en éstas estamos con la energía carísima y una guerra.

Energía y agua y alimentos. Temas pendientes de lo que Europa necesita y de lo que me gustaría hablarles próximamente así como de lo que Castilla y León no ha hecho y todavía puede hacer. Una gran oportunidad.

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