Los docentes de Castilla y León: los primeros en excelencia, pero con unas de las peores condiciones sociolaborales
Los docentes de Castilla y León llevan más de diez años olvidados por la Junta, somos de las pocas comunidades autónomas cuyos profesionales no han recuperado los derechos perdidos en 2012. En otras comunidades, en esta década, han llegado a acuerdos para mantener e incentivar a su profesorado, no así en Castilla y León, gobernados por un Partido Popular que ni cumple sus propios pactos ni está dispuesto a negociar para llegar a acuerdos.
Y es que las condiciones sociolaborales de los docentes de Castilla y León son de las peores de España. Somos los primeros en los informes educativos, pero también de los peor retribuidos a nivel nacional y por eso los profesionales castellanos y leoneses prefieren trabajar en comunidades limítrofes donde la labor docente es debidamente reconocida y remunerada.
En cuanto a las retribuciones, una parte del sueldo está fijada por el Ministerio (sueldo, trienios, pagas extras) y ahí no hay diferencias sustanciales. Pero otra parte depende de las propias comunidades autónomas como el complemento específico autonómico o las cuantías del complemento específico de formación (sexenios) que hacen que el profesorado de Castilla y León esté entre los peor pagados de España.
Así, un maestro gana al inicio de su carrera en nuestra comunidad 100 euros menos al mes que la media nacional, mientras que un profesor de secundaria gana 115 euros menos. A los 15 años la situación se agrava, la diferencia negativa es ya de 183 y de casi 200 euros menos al mes, respectivamente.
Esto deja a CyL en quinto puesto por la cola entre los peor retribuidos de toda España y muy lejos de los sueldos de Cantabria, Asturias o Castilla-La Mancha, por ejemplo, donde las diferencias mensuales llegan a los 238 euros.
A esto se le suma que Castilla y León es la única comunidad obligada a elegir entre cobrar sexenios o el complemento denominado carrera profesional, complemento este último por el que solo han optado el 10% de los docentes castellanos y leoneses, mientras que en las comunidades vecinas se cobran ambos.
Sin embargo, y gracias al gran acuerdo nacional firmado por UGT, y con el voto en contra de CSIF, los docentes de CyL van a ver incrementado su salario hasta un 9,8% en 3 años, con efectos retroactivos desde el 1 de enero de este año, que se reflejarán en la nómina de noviembre.
Otra gran medida del Gobierno central es la recuperación de las 35 horas. Y aquí recordamos que en CyL el PP incumplió su propio pacto firmado con las organizaciones sindicales, lo que provocó en nuestra comunidad la primera huelga de empleados públicos. Es un hecho que, si no fuera por estas medidas nacionales, la situación de los docentes en CyL sería aún más precaria.
La pregunta lógica que cabe hacerse es si se han tomado algunas medidas en nuestra comunidad para mejorar las condiciones de nuestros docentes en esto 10 años. Y la respuesta es contundente, ninguna.
Es cierto que, a consecuencia de la pandemia se firmó un Acuerdo Covid para mejorar la atención del alumnado y la calidad de la enseñanza que bajó ratios y aumento el número de profesionales, y que la comunidad educativa estaba contenta con la reducción del número de alumnos por aula. Pero la Junta de CyL decidió que, acabada la pandemia, era mejor firmar otro que no revierte ni uno solo de los derechos arrebatados en 2012, ni una sola mejora, sube el número de alumnos en el aula y no se deja de lado a los alumnos de atención a la diversidad, aquellos que tienen necesidades específicas, aquellos que necesitan una atención individualizada, con dificultades de lectura, etc. Además, hace distinciones entre profesionales, se olvida de los equipos de orientación educativa, por ejemplo, o de la figura obligatoria del Coordinador de Bienestar que no se ha implantado en CyL. En definitiva, que los profesionales de la educación en CyL están abandonados por una Junta que no apuesta por ellos.
Todos estos aspectos, unidos a una orografía muy característica, hace que, y lógicamente, los docentes prefieren trabajar en comunidades limítrofes donde su labor es debidamente reconocida y remunerada. Miles de docentes se desplazan cada año de sus casas, especialmente a la zona rural donde muchas veces no existen ni viviendas para alquilar ni transporte público, y sin compensación económica de ningún tipo, por lo que, al final resulta más fácil irse a Asturias, Cantabria, La Rioja, Extremadura, etc.
Podemos poner de ejemplo cualquier CCAA contigua a la nuestra, y del mismo signo político, incluso, en las que durante estos años se han revertido varios de los derechos perdidos, que no disfrutamos aquí, a través de la negociación. Por ejemplo, en Madrid se han aprobado medidas que hacen interesante trabajar allí como ratios reducidas, cobro de tutorías, mejoras en licencias y permisos, teletrabajo, etc.
Desde UGT Servicios Públicos de CyL consideramos urgente la adopción de una serie de medidas que pasan, en primer lugar, por las retribuciones.
La Junta tiene que incrementar los complementos autonómicos para lograr una equiparación salarial para que nuestra comunidad resulte atractiva a los profesionales de la educación; una mejora de las retribuciones que nos coloque por encima de la media, más en consonancia con los resultados que obtiene la educación de CyL en las evaluaciones internacionales. Además, es urgente abrir vías de negociación para mejorar nuestras condiciones: reducción de horario lectivo, bajar las ratios, no renunciar a los sexenios, cobrar un complemento por tutorías, que reduzcan la burocracia a la que estamos sometidos y que los interinos de CyL cobren el verano como ocurre en otras CCAA, entre otras.
Desde UGTCyL seguiremos trabajando para dignificar la labor docente en todos los foros donde estamos. La Junta de CyL mira para otro lado en los problemas de la Enseñanza pública, no se ha conseguido ni una sola mejora, retrocedemos en condiciones y la previsión a futuro no es halagüeña. Defendemos y queremos una escuela pública, única, pluralista y laica.