Diario de León
Publicado por

Creado:

Actualizado:

Algunos de mis lector@s me han tachado de facherío por la dureza de mis juicios sobre la izquierda en general, y la izquierda que nos gobierna, en particular. Nada más lejos de la verdad porque, si tuviera que poner un nombre y apellido a mis afinidades en el foro, serían los de anarco y liberal.

No liberal, a secas, porque los liberales como Friedman han inducido a los gobernantes a despeñarse en esta borrachera de insensateces, a este despelote del capitalismo, es decir, el narcocapitalismo que ha imperado en Occidente desde Ricky el tramposo. El que necesita inyectarse en la corriente sanguínea de la economía dosis crecientes de dinero papel anfetamínico que envenena todo el aparato económico y nos lleva al despeñadero de la inflación.  Y no anarco, a secas, porque al homo sapiens le falta un millar, o un millón de años, para ser capaz de vivir sin capataces. 

Fui de izquierda en mi mocedad, socialista y comunista, corrí delante de los grises a caballo, repartí panfletos subversivos por las facultades de la Complutense,  pasé alguna noche en vela en los calabozo de la DGS de Puerta de Sol. Así que conozco el paño: estudié en la Facultad de Sociología, biberón de algunos de los iconos de la izquierda del Reino. Y estudié, como buen estudiante, la vida y milagros de los pioner@s del socialismo, de los padres fundadores de esta corriente renovadora que pretendía secularizar el corrompido ecumenismo del Vaticano. 

Eso es lo que me ha llevado al repudio de ahora. Porque la izquierda que se postula como redentora de la humanidad desamparada y pregona la igualación radical de la riqueza común, ha traicionado sin vergüenza su postulado de base: asentar la igualdad en el cimiento  de la austeridad. 

En el espíritu de los padres fundadores del socialismo, Saint Simon, Proudhon, Lassalle, Fourier... el lujo es un signo del burgués, es decir, del rico y por tanto la sociedad socialista debe ser necesariamente frugal. 

Los socialistas de ahora nos predican que el lujo es necesidad y por tanto es un derecho de todos. Con ello han comprado la droga que envenena su discurso y desarticula su ejecutoria; se han hecho tan adictos a la droga del  narco-capital como sus antagonistas de la derecha.

Ese truco de trileros que consiste en emitir sin tasa dinero papel a través del Banco Central y títulos de Deuda del Estado a través del Ministerio de Hacienda. 

En este Reino de Barataria, el cambio de paradigma nos vino de la mano del ministro beautiful y su beautiful people, del segundo Gobierno Gonzàlez con su encíclica seglar «háganse ricos» o «el que no se enriquece con el psoecialismo es un tonto» de los dorados años noventa de la primera burbuja freixenet.

Con esa nueva droga se envenenó el PSOE y envenenó todo lo que vino después, el Astrólogo ausculta-nubes y el Doctor cum Fraude

Porque la izquierda, no solo la de acá de los Pirineos, al abrazar el reclamo de la riqueza con el mantra de que es una necesidad, ha traicionado su naturaleza.  Lo mismo que envenenó la casta del Vaticano el mensaje del carpintero de  Nazaret.

La izquierda tiene sentido si predica la igualación en la sociedad en un marco de austeridad porque así lo exige la supervivencia del Planeta.

Si reniega de ello solo hace que imitar de tapadillo el mensaje de la competencia y escupir sobre su propio mensaje ecologista. 

Predicar la igualdad con derroche es una estafa mental, como la de predicar la frugalidad  con banquetes hasta el amanecer o la castidad con puterío. Antinomias irreductibles en cualquier sentido pero que el populacho traga con gusto extremo porque no le gusta pensar.  Porque si pensara  le vería las pelotas al rey desnudo y vería que esta verbena de borrachuzos regada con deuda pública, nuestra deuda,   no puede durar mucho más.

tracking