Diario de León
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Afortunadamente, han pasado las elecciones. Los resultados han sido algo «inesperados». España es una marea azul. Pedro Sánchez apura la caja de las sorpresas y anuncia elecciones generales para el 23 de julio. ¿Es un órdago a la grande para que se recomponga la izquierda a la izquierda del PSOE? El que sea tonto que lo lea a su «modo», este es el mío y a lo mío que es hoy otra cosa voy. Tema que tenía preparado y que han atropellado los acontecimientos. De interés para la ciudadanía, uno de los que debieran ocuparse nuestros desocupados políticos. Y es uno de tantos.

¿Porque se ha convertido la Administración en un «muro» incapaz de gestionar la burocracia? Es conocido, lo difícil que resulta realizar un buen número de tramites por los ciudadanos que no han/hemos asimilado o que se les ha negado la posibilidad de gestionar todo tipo de tramites esenciales para poder sobrevivir. El colapso que se ha creado con la cita previa, amén de las trabas que nos deparan las nuevas tecnologías acabarán en mal modo para nuestra generación. Esperas de hasta más de un mes para hacer tramites necesarios como son la renovación del DNI, otro tanto para obtener una fe de vida, la pensión de jubilación, certificación para tramitación de residencia, o cualquier otra gestión, la que sea.

Es necesario advertir, que ya opera un mercado de compraventa de citas a precios más asequibles de los que ofrecen las gestorías y todo tipo de ofertas digitales que se ofrecen para gestionar a buen precio nuestros problemas. Hay una enorme proliferación de gestoras analógicas y digitales que aprovechan la situación que les ofrecen la multitud de brechas que padecemos en la actualidad sobre todo en el medio rural. Estas brechas son aún mayores en este ámbito para la asistencia sanitaria de calidad, problema a sumar a la totalidad. Sufrimos una gran dificultad para tramitar los servicios más básicos lo cual resulta inadmisible en un país como España. Creo que necesitamos una auténtica reforma de la Administración y que se haga igual para todos. No se trata de solo dotarla de más recursos, que son necesarios, sino de hacerla más eficiente, lo cual es una difícil tarea.

No están tan lejos los días en los que si se te planteaba un problema que tenias que resolver de inmediato, acudías a la oficina, ventanilla o la dirección competente y en esa misma mañana (sin cita previa o con ella) resolvías tu problema. Sabemos que hay muchas secuelas de la pandemia y que una de ellas es lo de la «cita previa», formidable escudo que se ha creado la Administración para tener un recurso que no ponga en evidencia o que tape su incapacidad. No había «brechas», ni financiera, ni digital, ni sanitaria, ni de igualdad, o eran brechas menores, tan menores que no nos preocupaban en exceso.

No recuerdo yo, tener cita previa que no se gestionara más allá del día en que se gestionara la demanda, jamás apreté el botón de la lista de espera para el «vuelva usted mañana». No era lo más adecuado pues se veían más de 60-70 pacientes/día. Una barbaridad que en aquel momento afrontábamos tal vez con algo de inconsciencia. Tenía que haber fallos y los había, pero no eran fallos groseros. Lo que si digo es que entre «aquello» y «esto», prefiero aquello. En el modo que fuera y en la parcela de la administración que fuera teníamos cubiertas nuestras necesidades.

Hoy todo son brechas y más brechas que nos hacen más mella o que impresionan más y minan más nuestro ánimo. ¿Es imposible volver al pasado y disminuir, que no eliminar las listas de espera y otro tanto con la cita previa, o al menos manejarlas en forma y modo que la ciudadanía no se sienta desplazada como no se sentía antes?

La pandemia nos ha hecho mucho daño, además de la alta mortalidad, el confinamiento, aislamiento, ha producido y esta produciendo innumerables secuelas físicas, psicológicas y sociales. Aquí la Administración se lo supo trabajar y nos confecciono un traje a la medida de la situación con lo de las «citas previas», lo de las largas colas y lo de la ineficacia total para nuestra gestión diaria. Fue una perfecta excusa que hasta comprendimos inicialmente y que no entendemos en absoluto ya casi un año después de que las ventanillas, oficinas, y demás lugares oficiales sigan estando prácticamente clausuradas. Tiene usted cita? No, pues pídala porque sino, no tiene acceso a «su demanda». ¿Cómo la pido? Ahí tiene usted un correo póngase en contacto con él. ¿No hay otra posibilidad? Si pero es mas complicada tiene usted que pedir cita en tal ventanilla y con esa cita debe acudir el día que le citen para resolver su problema. El recurso al final, es un hijo o un amigo que se maneja en nuestras dificultades o teniendo paciencia y observando y haciendo todos los pasos que te marcan para llegar a buen puerto. No siempre se llega, ni en todas partes.

Las tecnologías de la información y la comunicación ofrecen ventajas: más comodidad, mayor acceso a la información, reducción de costes, mayor conectividad… si bien la digitalización no se esta dando por igual en todo el mundo y es que también en esto existe un evidente desequilibrio, que es otra gran brecha. No se ha tenido en cuenta que debiera haberse llevado a cabo en forma progresiva, preparando sobre todo a los mayores para el cambio que se estaba dando de forma abrupta y encubierta.

Tenemos a día de hoy una población mayor, más dispersa, en la de la España que se vacía, con muchas deficiencias a las que no estamos acostumbrados. Observamos noticias sobre carencias en nuestros servicios cada día, sobre abandono de recursos, de la desaparición de puntos bancarios, del abandono de consultorios locales, o de centros escolares, o del transporte público…hasta tal punto que hemos asimilado y por tanto cronificado estas deficiencias con el desequilibrio demográfico y dejamos de concebir como esenciales estas desigualdades que se han originado.

¿No es posible hacer una reforma de la Administración que nos traslade al pasado y que aunque la «tramitología» de todo tipo de papel, documento, cobro… o lo que sea aunque sea un poco lento, tengamos la posibilidad de tramitarlos: DNI, tramitar la pensión, poder ir al médico… como antes? o estamos ante una situación en la que el desgaste del personal, de la falta del mismo, del envejecimiento de las plantillas, de las jubilaciones o de la no reposición de estas, hace inviable la gestión directa en un discreto plazo y estamos condenados al «vuelva usted mañana» que nos repetirán mañana cuando volvamos? Esta cita de Larra retrataba una España necesitada de reformas y sobre todo de una profunda regeneración. Tal vez es lo que necesitamos ahora. Ellos creen que las nuevas tecnologías lo resolverán todo. Se equivocan, somos muchos. ¿O es que tal vez las TIC nos tienen ganada la batalla casi antes de comenzarla? Me da miedo pensar que esto sea así y que no hay vuelta atrás. Seremos la generación perjudicada (tal vez más de una generación) y se establecerá como «modo» de actuación en otros campos de nuestra vida como la industrial, el comercio… estas «cosas» las iremos viendo y serán aun más abusivas con nuestros nietos, con generaciones que nos superen.

Los ciudadanos tenemos derecho a ser atendidos por una Administración ágil, eficaz, rápida, que disponga de los recursos y herramientas adecuadas a las nuevas tecnologías. Por estas razones los ciudadanos que más sufrimos estas «brechas» no pedimos tanto, solo, «poder» llegar a la vida que nos imponen. No olviden que «penden» unas generales.

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