Dos ex presidentes, dos versiones

Apropósito de la situación política que nos toca vivir previa a las elecciones generales del 23-J se me ocurre un comentario que me produce satisfacción y otro que me produce insatisfacción de dos expresidentes de España. Ambos socialistas o al menos así fue porque como candidatos del PSOE fueron elegidos. Pero, las cosas cambian.

—José Luis Rodríguez Zapatero me está impresionando gratamente. Lo seguí durante su mandato y me parecía blandito. No puedo olvidar, no obstante, que casi todas las leyes sociales, sobre igualdad o la ley de dependencia se elaboraron y aprobaron durante su mandato y sobre todo que él fue quien acabó con ETA, y solo él. El PP alimentó a ETA, si le interesó. En asuntos económicos era otra dimensión y su perdición fue negar una crisis que veíamos todos. Algunos lo consideran un engaño y no dudan en recordárselo cada día. Ahora, acuciado por el retroceso que le están o le van a dar a España la coalición PP-Vox, sale al rescate del PSOE llamando la atención a recapacitar sobre los temas que ha desarrollado Sánchez en igualdad, salario mínimo, pensiones o sobre la reforma laboral como gran medida para que mucha gente entre en el mercado laboral. Reforma laboral que ¡ahora a Feijóo le parece buena y que no va a modificar! Recordemos que su partido fue un furibundo defensor de su derogación y que solo se salvó, después de dos traicioneros votos de UPN comprados por Egea y sobre todo por el error de Casero, un diputado popular que votó al contrario de lo que les había indicado la inefable Cuca Gamarra. Zapatero, con esta aceptación de la reforma laboral, afirma que el PP se «ha derogado a sí mismo», y que no debe enrojecer por este su cambio de opinión, porque salen beneficiados son los españoles.

Todos los presidentes de gobierno en un momento dado han «cambiado de opinión», Felipe González lo hizo con la Otan y Aznar cedió con CiU, con quien pactó después de tantas críticas y cedió el IRPF o la gestión del tráfico. ¿Quien ha mentido? El PP acusa a Sánchez. Pero lo que es mentir, esto solo lo hizo y deliberadamente el PP el 11 de marzo de 2004 cuando dijo que el accidente de Atocha lo había provocado ETA. Aún no lo ha reconocido como un «error», ni siquiera cuando se acumularon pruebas irrefutables de que los autores lo hacían como yihadistas (yihad/Guerra Santa de Alá) y como consecuencia de su mentira los españoles le hicieron perder las elecciones. Zapatero también aclara que negar la violencia de género o incluso «discutir sobre ella es como discutir si la Tierra es plana», las evidencias son y las tenemos cada día que pasa, en el que se extingue más de una especie, en los que cambia la temperatura de la tierra, en las los ciclones, huracanes que vemos a diario, la sequía… Critica a Feijóo por cuestionar las cifras de desempleo: «Se empieza dudando del paro y se acaba denunciando las elecciones». El expresidente del Gobierno ha tildado de «grave que el líder del PP diga que unos datos públicos se manipulan». En fin, que hay razones para el optimismo, más allá de la situación internacional, porque nunca como ahora se ha abordado con tanto acierto la realidad de nuestro mercado de trabajo. En un partido hay que remar siempre a favor, aunque algunas cosas no nos gusten y desde luego a mí de lo hecho por Sánchez hay cosas que no me gustan, pero si las comparo con los planes de Feijóo pues «me da la risa» y además con Vox. Ante algunas sugerencias de Feijóo, Zapatero pide a los barones del PSOE que sean «leales» con Sánchez y les anima a hacer campaña «activamente». Ha dicho que  irá a dónde le requieran para sacar pecho de la gestión del Ejecutivo de coalición. Está desencadenado y cabreado, ante estos ataques y ha declarado que «muchos se lamentarán de los ataques a Sánchez». Es, en la actualidad, Zapatero un excepcional valor en esta campaña. El expresidente espolea al PSOE tras la derrota del 28-M y se conjura contra el antisanchismo externo e interno: «La lealtad exige cierta humildad». Parece como si el ex presidente se hubiera sacudido algún complejo que pudiera tener. «Alza la voz» claramente en beneficio de su partido. Que cunda el ejemplo. Mi opinión a día de hoy: creo que Pedro Sánchez va a tener mayoría para formar Gobierno. Me producen incomodidad los ataques personales. Lo que está sucediendo con Sánchez no se ha visto nunca.

—Felipe González. Un hombre que nos convenció a todos, que llevó al socialismo al Gobierno y del que hemos tenido un extraordinario recuerdo. Si bien, este recuerdo comienza a serlo cada vez menos. Sale demasiado en los medios, le sigue gustando el foco y cada vez comete más errores que no hacen sino perjudicar al PSOE. Es un jarrón chino muy frágil y debe jubilarse ¡de verdad! Plantea ahora que gobierne la lista más votada y aboga, cuando no haya otra opción, por los pactos de «centralidad» para romper bloqueos políticos. O sea el modelo alemán. O lo que es lo mismo, si hay que pactar con el PP se pacta. Joder, tío, cada vez eres menos Felipe. ¿Dónde está tu izquierda? ¿Dónde esta nuestro PSOE? A mí, esto de la centralidad, o del centro izquierda —términos de los que se habla mucho en los círculos del PSOE— comienza a mosquearme y a indignarme. ¿Desde cuándo la izquierda a la que siempre hemos visto como izquierda debe reconvertirse en centralidad por mor de que unas elecciones, las que sean nos salgan mal? ¿Renuncia la derecha a sus principios? No, aunque si piden a los que han votado al PSOE y no tienen identidad acreditada que ahora voten al PP. Se atreven incluso a pedir que ciertos barones del PSOE se abstengan. Publica en el monográfico de Nueva Revista «Pactar es progresar»: «pónganse de acuerdo como sea», aunque sea con el PP. Y se lo pide a PSOE y PP. Señor González con quien debe ponerse usted de acuerdo es con su partido, dignificarlo con su opinión si es posible, también con su conciencia y aparcar su volubilidad. Añade González que ocurre que ser la lista más votada no sirve para nada si no consigues mayoría. Así se escribe la democracia señor González, hay que buscar pactos para gobernar pero dentro de un espectro político. No a costa de pactar con el enemigo. Tengo claro que el objetivo para el PP es llegar a la Moncloa sea o no se la lista más votada. Señor González, esto es lo que quiere Feijóo y lo malo es que lo va a conseguir porque Vox (su aliado) está saliendo del armario del franquismo en el que ha estado encerrado y «son muchos», no parecían tantos, ya han tocado poder y ahora ya no solo lo tocan, lo exigen y lo tienen. Son otros tiempos. Ahora hay que currárselo desde la izquierda o desde la derecha. Esta lo tiene más currado que la izquierda, hasta piden a los socialistas abstenerse «para no gobernar con Vox» si el PP es primera fuerza, pero es que «también si queda segundo, como ha pasado en Extremadura». «Los principios de Feijóo sobre la lista más votada son un cuento» y no se resuelven centralizando al PSOE como quiere el señor González. Feijóo ¡qué majo! se atreve a decir que lamenta que Sánchez tenga como modelo a Zapatero, y añade «Yo preferiría a González». Es un resumen de este escrito. Un problema es que la izquierda a la izquierda del PSOE desapareció de la escena política y el PSOE no tuvo con quien sumar en los resultados del 28-M, ahora en los 23-J será otro el escenario. Todo depende de la fuerza de Sumar.