Diario de León

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Déjenme que les cuente una historia.

Se atribuye a San Ignacio de Loyola la frase «en tiempo de tribulaciones no hacer mudanzas». Creo sinceramente que ahora en España, estamos en tiempo de tribulaciones, por tanto, tranquilidad, mucha tranquilidad.

El resultado de las elecciones del 23-J no ha dejado contento a nadie. Aunque finjan lo contrario. Son políticos y, por consiguiente, expertos en fingir.

El PP no está contento porque sus expectativas y las de sus expertos eran mucho mejores de lo que ha supuesto la realidad. El porqué de ese resultado será con seguridad minuciosamente analizado por los expertos del propio partido.

El PSOE está contento, aunque se ven muchos peros. Se ha visto por mor de las urnas abocado a tener que hablar con Junts, o sea, con Puigdemont para no desalojar la Moncloa. Y eso va a ser con toda seguridad, durísimo.

Al resto de pequeños partidos, en algunos casos pequeñísimos, no se les puede tener en cuenta salvo en caso de emergencia como parece que ahora existe con Junts.

Comencemos con calma. ¿Va a ser posible un acuerdo entre el PSOE y un prófugo, perseguido por la Justicia española y que desde hace seis años está fuera de España y dando el coñazo continuamente? Los votantes del PSOE, ¿van a tragar con eso? En esta situación la sartén por el mango y el mango también, la tiene el prófugo antiespañol y él se va a encargar de que el precio a pagar por Sánchez para no salir de la Moncloa vaya a ser estratosférico. Al tiempo.

Y también el PSOE debe tener en cuenta que, de conseguir el poder, se verá obligado a aceptar una oposición que por el número de escaños que atesora, será un freno que impedirá, con seguridad, hacer las cosas como se hacían. No es baladí tener que enfrentarse a esa situación.

¿Qué camino debe recorrer España a partir de ahora? No es fácil, pero hay camino. Y debe haber voluntad de hacerlo.

De momento, mucha tranquilidad y mucho orden en el estudio de los problemas. Cualquier problema, por grande que sea tiene solución. Los que no tienen solución son los misterios y de estos no tenemos. Por tanto, hablar, hablar y hablar. Ahí está la solución queramos o no.

El PP tiene tiempo y talento para arreglar la situación. Falta que se lo crean y que lo transmitan con la fuerza necesaria que convenza. He visto un poco floja a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Ayuso. Y creo que se ha notado. Su fuerza es necesaria para que el PP esté mejor de tono.

Cuando un piloto de aviación tiene un problema con su aparato e incluso un pequeño accidente, lo primero que hace es volver a volar cuanto antes para que desaparezcan los miedos.

Eso debe hacer ahora el PP. Continuar con su mensaje, más fuerte si cabe, y hacerlo llegar de nuevo a sus electores y posibles electores. Mostrar y demostrar que la fuerza y la razón no han decaído ni un milímetro. De esa forma, la victoria, aunque tarde, llegará.

No puede un país como España, sentirse a la deriva porque unos votos que se contaba con ellos no han llegado. Por lo que un campeón gana es por la velocidad con que se levanta después de una caída. Pero, de momento, piano piano se va lontano.

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