La P.S.O.A.
Al histórico partido que fundara, siglo atrás, don Pablo Iglesias, con la triple enseña de identidad, socialista. obrero y español, P.S.O.E.; le vienen, hoy en día, más que dudosas las dos primeras. Pero claramente le sobra, por falsaria, la última porque de español se ha mutado sin remedio, en la que vamos de siglo, en antiespañol, Por ello decimos que no debiera de llamarse PSOE sino PSOA.
Los doce años de gobierno de González Márquez, dejó a Espala de tal guisa que no la «conoció ni la madre que la parió» como su secretario orgullosos pregonaba. Pero hubo, en su paso por la Moncloa, una defensa más que evidente del Reino de España. Bien es cierto que dañados de gravedad por su permisividad con los desmanes del Jefe del Estado.
Los siete años del Gobierno del Rodríguez, ya perfilaron una clara dejación de la defensa nacional al permitir unos estatutos de autonomía a los separatistas que eran una vía de agua en el barco de la constitución. Los cinco años ya de Sánchez son una delirante rendición y deposición de armas y bagajes a los separatistas que son los que destruyen el Estado
Si alguien dudaba de que el mentecato narcisista que ocupa ahora la Moncloa no sería capaz de llegar a un arreglo con el prófugo de Waterloo ya puede ir dándose con un morrillo en las muelas. A este narciso de Chamberí no hay barreras que le detengan para mantenerse unos meses más sobre las alfombras de palacio.
Si tuviera que liquidar el Doctor No el Reino de España a cambio de unas horas más en palacio lo haría sin dudar un instante. Al pronto lo va enajenando a trozos, hasta que no quede ya nada que vender.
Los rumberos que le jalean se imaginan que su llave es la mejor para sujetar a los separatistas. Muy equivocados andan porque el separatismo va creciendo sin remedio con tanta concesión y el día que vuelvan a romper la legalidad habrán aprendido de los errores y no habrá ya manera de frenarlos. Las grandes calamidades de este desdichado Estado han llegado siempre así, por desinformación y apatía: desde la entrada de Muza hasta la guerra del 36.
El secretario de la PSOA ya vendió el indulto a los golpistas por cuatro años de gobierno, ahora está vendiendo la amnistía por otros cuatro, pero eso es solo el chocolate del loro. El lote mas gordo aún queda por pujar, si es que no la ha apalabrado ya: el derecho a referéndum y la condonación de la deuda.
La culpa no es suya, un pobre nigromante del «ordeno y mando» hipnotizado por su propio «espejito, espejito».
La culpa es de esos siete millones y medio largos de mariachis que aplauden sus parrandas con los roedores del Estado e inmolan su egoísmo con la papeleta de la urna. La culpa es de los jerarcas de Bruselas que siguen regalando a manos llenas los fondos con los que soborna este filibustero del Manzanares las voluntades de sus apesebrados; la culpa es de ese partido de la gaviota que se dejó pudrir por las tarjetas black y no supo limpiarse después con el señor Mariano Rajoy Brey. Sobre todo ellos caigan la lacras de las calamidades que nos aguardan cuando las letras del tesoro se dejen de abonar a vencimiento por la bancarrota del Estado.
En cuanto al artículo, en femenino, que inicia el titular, más que justificado está, por cuanto los que llevan el Gobierno del Reino de España no es sino una partida de forajidos que se apropiaron de la identidad del partido por la idiotez de quienes lo estaban ejerciendo en funciones.