Diario de León

TRIBUNA

Bouza Pol
​Escritor

Barcelona, don Arturo y don Antonio

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E n la Barcelona franquista, tan española, los numerosos grupos musicales o conjuntos modernos vocalizaban estupendamente el castellano. Del famoso San Carlos Club salieron maravillosos grupos de «música ligera» como Los Sirex, y Los Mustang con su cantante-vocalista el gran Santi Carulla Hernández que bordaba a la perfección la bonita y entrañable canción Jóvenes, éramos tan jóvenes .

En aquellos años sesenta del pasado siglo veinte, había buenos grupos musicales y magníficos cantantes solistas que, por desgracia, apenas conocen los jóvenes de hoy.

Nacidos en Barcelona y alrededores, recorrían España y todos los medios de comunicación grupos como los ya citados Sirex, con extraordinarias canciones que ahora corren el riesgo de ser prohibidas cualquier día por la disparatada memez congénita, o sobrevenida, de estos mandamases políticos que estamos padeciendo.

Recuerdo Soy tremendo , que dice: «Con todas las muchachas yo soy tremendo, las beso cuando quiero, si alguna se resiste, yo no lo entiendo» (se supone que el chaval era un guaperas y le gustaba hacer favores). Por si fuera poca la osadía, hasta se atrevían cantando: «Que se mueran los feos, que no quede ninguno, ninguno...», pero lo remediaban dulcemente con «Qué bueno, qué bueno, qué bueno, saber que tu sientes lo mismo que yo, saber que tus besos sólo son para mí», y, además: «Si yo tuviera una escoba, cuantas cosas barrería».

Entonces, a pesar del franquismo, en Cataluña había más concordia y armonía, se sentía más ilusión, más libertad y buen futuro.

Cataluña no es solamente de los catalanes, también es mía, de España, de todos los españoles.

Aunque algunos «intelectuales», de inteligencia retorcida, hayan pensado que no me gusta el «alatriste» Arturo Pérez Reverter, la verdad es que lo respeto, lo aprecio y hasta lo admiro, pues en algunas cosas se me parece. Por ello debo decir que estoy totalmente de acuerdo con él y lo apoyo en ese pequeño enfrentamiento con Antonio Papell, que no tiene ninguna razón y está haciendo un papelón. Repasando la hemeroteca, para hacer memoria, he visto que el miércoles, 16-11-1988, en Diario de León, tuve el placer y el acierto de llevar la contraria al artículo de don Antonio que apoyaba a Felipe González y su Consejo de Ministros que había presentado y aprobado, el 28-10-1988, el Plan de Empleo Juvenil, desencadenante de la huelga general del 14 de diciembre o 14-D, todo un éxito de los sindicatos convocantes CC OO y UGT.

La reforma del mercado laboral, que tanto gustaba al señor Papell, abarataba el despido, introducía los contratos temporales para los jóvenes y beneficiaba, descaradamente, a la patronal. Así pues, la opinión del ahora tertuliano de TVE estuvo tan desatinada entonces, cuando defendía a los empresarios, como ahora cuando sin razón los ataca y llama fascistas a los que no opinamos como él.

A don Arturo, tan admirador de Francia, le dediqué el artículo: Don Arturo Pérez Reverte quisiera ser francés , Tribuna de Diario de León del 31-7-2022, que gustó al amigo José Ignacio del «Severo Ochoa», que lo calificó de verdadero, inteligente, irónico, sabio, e incluso atento y cariñoso con el escritor murciano, «Señor de la Navata», al que no quise mencionarle el largo, duro, triste y cruel «santuario francés» del terrorismo contra España, y el vandalismo de los franceses, tan frecuente, contra nuestros agricultores y camiones que llevan las mejores verduras y frutas a Europa. Sí, don Arturo, usted ama a España, pero alguna vez lo disimula y se hace el «afrancesado», aunque en realidad no lo sea tanto como yo, hijo y amante de la liberal y culta «Villafrancorum» que me dejó practicar el francés con hermosas «profesoras» francesitas en la legendaria cabaña de Leonardo Gallego, todavía no declarada Bien de Interés Cultural (BIC), ni monumento digno de protección especial. No sé qué piensa y hace el Ilustrísimo Ayuntamiento, pero tal vez esté muy ocupado tratando de resolver problemas de gran envergadura tan acuciantes como la cuadratura del círculo y, seguramente, cualquier día nos sorprenda con un gran hallazgo. De momento, las ocas banco que ha instalado estos días en el Jardín Romántico de 1882 demuestran que tenemos ediles ideales que piensan mucho y bien, siendo muy capaces de asombrar a nativos y visitantes mostrando su personal inspiración creativa, aunque lo de acercarse a ellos o sentarse sea peligrosa aventura, pues han de picar con afilado pico de hierro. Los mandamases, que nunca preguntan, sabrán si cumplen con la normativa de seguridad y las posibles víctimas no podrán querellarse con cargo a nuestros impuestos. Creo que cualquier concejal sensato, con hijos pequeños, no colocaría en su jardín particular las «bonitas ocas», aunque fueran de regalo.

Y para terminar bien, tengo que permitirme la felicidad de estas dulces y cariñosas «fruslerías» o «naderías»:

«Últimamente, me estoy quedando sin enemigos, no sé qué estaré haciendo mal».

«Al paso que nos llevan, todas serán naciones menos España».

«Es tremendo, casi increíble, que los hijos de los funcionarios franquistas nos llamen «fachas» a los que hemos sido sus víctimas».

«Hay fachas, digo fechas, que nunca se olvidan».

«Hay demasiados lobos y pocas caperucitas».

«Sacar las cosas de quicio está al alcance de cualquier merluzo, aunque no sea del Cantábrico».

«La ilusión es la mejor energía alternativa que conozco».

«¡Qué triste es amar a esta España que con tanta frecuencia me decepciona y avergüenza!»

Con toda Burbialidad...

No sé qué piensa y hace el Ilustrísimo Ayuntamiento de Villafranca, pero tal vez esté muy ocupado tratando de resolver problemas de gran envergadura tan acuciantes como la cuadratura del círculo y, seguramente, cualquier día nos sorprenda con un gran hallazgo
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