Diario de León

Herminia Suárez Mata

Presidenta

50 aniversario de la Asociación Feminista Leonesa Flora Tristán

Nuestras causas son la igualdad, la autonomía y la justicia. Las demandas feministas son las del derecho a una vida en igualdad, sin discriminación

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El feminismo es un pensamiento y un movimiento social que desde hace más de tres siglos ha luchado por la igualdad entre mujeres y hombres. A pesar de que es uno de los movimientos sociales que más ha transformado el mundo, su historia no es suficientemente conocida. Al transformar la vida de las mujeres, el feminismo ha transformado la sociedad en su conjunto y ha desempeñado un papel fundamental en los procesos de democratización social. Está claro que la igualdad entre los sexos es una exigencia democrática. Sin embargo, el reconocimiento de los derechos de las mujeres siempre ha tenido que ser reivindicado, también en las transiciones hacia formas de Estado democráticas. La igualdad real nunca ha sido consustancial a los cambios sociopolíticos que ampliaban derechos para la ciudadanía en general. Si las mujeres podemos votar, ir a la universidad, ser titulares de una cuenta bancaria, abortar, etc., es gracias a la lucha feminista. Los derechos de las mujeres han sido históricamente reivindicados por las mujeres para las mujeres, y allí donde han sido reconocidos la sociedad en su conjunto se ha visto beneficiada.

Este año 2025, la AFL Flora Tristán cumple 50 años y quiere conmemorar este aniversario recordando una historia de lucha por la igualdad. Cuando se creó la asociación en 1975 existían todos los instrumentos de represión institucional posibles: médicos, policiales, judiciales y culturales. En este contexto, el movimiento feminista tuvo que recuperar viejas demandas como el acceso a la educación, al trabajo remunerado, a la representación pública y política de las mujeres, o derechos como el divorcio o la interrupción voluntaria del embarazo. En el final de los años 70 y los 80 del siglo XX, el feminismo tuvo que volver a luchar por derechos que habían sido reconocidos en la Segunda República. No debería olvidarse que las mujeres españolas pudieron votar por primera vez en 1931o que en 1932 el divorcio se legalizó. La historia del feminismo es la historia de luchas recurrentes, porque los derechos de las mujeres nunca se consolidan. Su vindicación está acompañada de una lucha contra el retroceso, siempre posible, siempre amenazante, también en las sociedades democráticas. Los casi cuarenta años de dictadura sumieron a la sociedad española en un largo período de oscuridad, control, represión y falta de libertades. Pero la situación de las mujeres era sustancialmente peor en un Estado cuyo orden jurídico establecía la desigualdad por razón de sexo. Por imperativo legal, y también moral, las mujeres españolas estaban relegadas al ámbito doméstico-privado. Con la muerte del dictador en 1975 se inició el proceso de transición política hacia la democracia en el que el feminismo desempeñó un papel fundamental. El trabajo de un movimiento feminista muy activo en las últimas décadas de la dictadura, a pesar de la clandestinidad a la que estaba obligado, derivó en la puesta en marcha de reformas legales largamente reivindicadas. Fue el feminismo el que consiguió la transformación de las condiciones de vida material y simbólica de las mujeres. Aunque la igualdad es un principio fundamental de todo sistema democrático, la democracia no garantiza políticas de igualdad entre mujeres y hombres. Si las mujeres españolas son hoy más libres, lo son gracias a la lucha feminista que consiguió derechos democráticos elementales para las mujeres, logró la independencia legal de la tutela patriarcal del padre y del esposo y un respaldo jurídico para decidir sobre nuestros proyectos de vida, nuestra sexualidad y nuestros cuerpos. Por ello hay que conocer y reconocer el legado del feminismo. El principio de igualdad y de no discriminación por razón de sexo quedó reflejado en el artículo 14 de la Constitución de 1978 y dio lugar a revisiones y modificaciones legales que obligaban a derogar todas las disposiciones, vigentes aún en los años 80, que mantenían la discriminación por razón de sexo. Desde la consolidación de la democracia en España y su incorporación a la Comunidad Europea, la incidencia de la normativa internacional en las políticas de igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito estatal ha sido trascendental. España ha ratificado sucesivamente los convenios internacionales y los acuerdos tomados en las diferentes Conferencias Internacionales de Naciones Unidas. Las organizaciones feministas, siempre presentes y activas, no han dejado de participar en todos los foros de debate en los que se han redactado las diversas leyes promulgadas en el inicio del siglo XXI. Los avances en materia de derechos civiles, políticos y sociales de las mujeres han sido posibles gracias al contenido político, filosófico y social del feminismo, que ha demostrado el carácter estructural de la desigualdad sexual. Nuestra sociedad tiene que ser consciente de que los derechos adquiridos coexisten y contrastan brutalmente con datos que manifiestan un déficit democrático en lo que a la igualdad entre los sexos se refiere. Cada año mujeres y niñas son víctimas de la violencia machista; la prostitución y el alquiler de mujeres para gestar se han transformado en industrias transnacionales de enorme rentabilidad; la pornografía, violenta contra las mujeres y cada vez más accesible a las personas más jóvenes, es la puerta de acceso a la prostitución y está detrás del incremento de la violencia sexual; las mujeres son quienes en mayor medida realizan las tareas domésticas y de cuidados en detrimento de su autonomía laboral y económica… Y en estas circunstancias, asistimos además a un giro político a la derecha, no solo en nuestro país, que amenaza los derechos de las mujeres. Nuestras causas son la igualdad, la autonomía y la justicia. Por eso son legítimas, porque las demandas feministas son las del derecho a una vida en igualdad, sin discriminación y libre de violencia. Porque el feminismo tiene como objetivo la emancipación de las mujeres y, con ella, aspira a construir una sociedad igualitaria, libre y justa. No podemos bajar la guardia, porque, desgraciadamente, las feministas sabemos muy bien que la historia no se escribe en términos de progreso, sino de avances y retrocesos. Porque queremos mostrar la importancia de la lucha feminista, invitamos a toda la ciudadanía a participar y a asistir a los actos culturales que la Asociación Flora Tristán tiene organizados para conmemorar sus 50 años de feminismo en León, sus 50 años de lucha por la igualdad entre hombres y mujeres.

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