Diario de León

el balcÓn DEL pueblo

Tiempo de máscaras

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

JOSÉ María Balcells Doménech, catedrático de literatura de la Universidad de León, puso la guinda cultural al prólogo de la fiesta pagana por excelencia. Su conferencia "El Carnaval en la literatura española", impartida ayer en el centro Infanta Cristina, abrió paso al desenfreno, la máscara, la luz y el desmadre padre que se inicia hoy en La Bañeza, tras el pregón que pronunciará el vicepresidente primero del Senado, Alfredo Prada, seguirá la noche de chispas, el revival del año anterior, la noche bruja, el día grande, el martes, y se cerrará el miércoles con el entierro de la Sardina. Es tiempo de máscaras. Un tiempo especial que estuvo emparedado durante cuarenta años y ha resucitado con más esplendor que nunca. Todas las ciudades, villas y pueblos leoneses han recuperado la liturgia del Carnaval. Su propio antruejo. La Bañeza no necesitó recuperarlo, entre otras cosas, porque nunca lo perdió. Fue el único Carnaval de cierta entidad con el que no pudieron gobernadores, prohibiciones, bandos y condenas episcopales. Y ahí sigue. En la cima de cuantas fiestas paganas se celebran en la Comunidad, declaradas de interés regional. La política bañezana, en su breviario municipal, ha estado llena de máscaras durante toda la legislatura. No tiene nada que ver con el Carnaval, aunque han sobrado las caretas. Lo cantarán los bañezanos en sus coplas lúgubres y festivas mientras desfilan en el cortejo del entierro de la Sardina. El tiempo de máscaras está enhebrado con la política como el hilo y la aguja. Si lo padecemos a diario sobre el desastre de la guerra que se avecina, no podemos evitarlo tampoco en otros temas. De nada sirve una crítica feroz a un viaje de ocio a Nueva York, por ejemplo, porque de nuevo se ponen las caretas y emprenden otro vuelo más increíble, ahora a China. Los chinos son expertos en disfraces. Es tiempo de máscaras. Se las ponen los responsables de Fomento para justificar el fracaso en la puesta en marcha del tren de Alta Velocidad entre Madrid y Lérida, pasando por Zaragoza. LLeva más de dos meses de demora. Y han tenido que suprimir los ensayos promocionales. El rebote de Ávarez Cascos es de libro. Ha pedido, y se la han entregado, la cabeza del presidente del GIF (Gestión de Infraestructuras Ferroviarias), Juan Carlos Barrón. La oposición ha solicitado la del ministro, pero pinchan en hueso. No pagó por el desastre del Prestige y tampoco asumirá los fallos: ni de plazos, ni tecnológicos, ni esa presión descomunal que impone por motivos puramente electoralistas. El AVE es un signo inequívoco de progreso. Tal vez el mayor de nuestro país. Su puesta en marcha ha de ser con todas las garantías, no remendando cables y con viajes promocionales que no superan en velocidad a la de cualquier unidad entre León y Palencia. Y como es tiempo de Carnaval, en lugar de pedir que se quiten la máscara, les animamos a que la mantengan, al menos hasta que entre en vigor el tiempo turbador de la cuaresma.

tracking