Diario de León

El embrión humano, materia de reciclaje Una guerra que está muy de modaSobre los males de la CulturalLeonesa Venir a buscar el perdón político

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En la sociedad del reciclaje, en la que todo vale, también se intenta reciclar los embriones, investigar con ellos y usar sus despojos para repuesto, como si de cosas se tratara. Como dice el doctor Vega, profesor de medicina legal de la Universidad de Valladolid, «el embrión humano es un individuo de la especie humana, con novedad biológica, unidad, continuidad, autonomía, especificidad e historicidad o biografía»; a un embrión se le dice «viable e inviable» únicamente por su mayor o menor movilidad, que no determina su viabilidad ni nada. Hay que poner el énfasis en la investigación con células madres de tejido adulto, de prometedores resultados y sin peligro de rechazo ni de malformaciones o tumores malignos. Los embriones son seres humanos en el principio de su existencia y lo que unos pretenden como negocio, otros lo rechazamos rotundamente por la sencilla razón de que con la vida humana no se juega. Bueno estaría que sociedades democráticas, moralmente avanzadas, se permitieran ese juego sucio de la manipulación y destrucción de embriones humanos, aunque fuera con la excusa de curar a otros seres. Nadie está ni debe estar en función de otros. Se ha rechazado la esclavitud, ¿y vamos ahora a esclavizar con mayor vileza a grupos humanos para beneficiar (?) a otros grupos? ¿Hay seres humanos superiores y seres humanos inferiores en virtud de su edad, salud o maduración? Nadie tiene derecho a manipular la vida de nadie ni a crear o destruir embriones. Es urgente un estatuto jurídico para embrión, que garantice el respeto a su identidad genética y la tutela de la dignidad humana desde el inicio de su existencia. ¿Qué hacer con los embriones sobrantes de la fecundación in vitro? No deberían haberse producido, y ahora que están ahí, no se alargue su vida de modo artificial, ni se permitan manipulaciones que atentan contra su dignidad. Josefa Romo (León). Queda tan bien decir no a la guerra, que solamente alguien bien extraño desaprovecharía este oportuno lavado de conciencia colectivo para no desear la paz y la felicidad de todo el género humano. Además queda muy chic decir todo esto rodeados por todo el lujo y bienestar que nuestra muy concienciada, tolerante y desarrollada sociedad pueda brindarnos. Toda guerra es un crimen, y la culpa del evidente e inmediato desenlace podrá siempre justificarse con los más variados y relativamente creíbles argumentos. El problema histórico no radica en las excusas ni las supuestas causas para hacer una guerra, ni siquiera el número de muertos, sino en sus consecuencias y en el subsecuente grado de bienestar que los muy concienciados ciudadanos disfrutan en los países más desarrollados gracias al expolio sistemático de los países más débiles. No nos engañemos, los que realmente dominan en la sociedad perpetuarán y mejorarán sus privilegios gracias al cínico ritual de justificar sus tan convenientes guerras; para ello utilizarán a los políticos de turno, y si estos últimos no son muy sagaces exigirán poca parte del botín. Cuando una guerra sólo agravará la situación a remediar, independientemente de sus justificaciones, subirse a ese carro no sólo es inmoral sino también poco productivo. Sería bueno recordar que «Roma no paga traidores», y menos aún cuando obtener un botín es muy oneroso. En lugar de aportar soluciones ciertas tampoco será muy productivo dar opciones siempre inútiles y no basadas en las causas reales, porque ¿alguien puede conocer todas las verdaderas causas de algunas guerras?. María José Álvarez (León). Agustín Sánchez García llama al Teléfono del lector diciendo: «Me quiero dirigir a señor Álvarez Tomé, entrenador de la Cultural y Deportiva Leonesa: Señor Álvarez Tomé no era mi intención decirle en estos momentos, a punto de finalizar la liga lo que voy a decirle. Quería esperar al final pero no puedo y voy a decírselo ahora. Es usted como profesional, no le juzgo como persona pues no le conozco, un caradura. ¿Cómo puede decir que influyó el colegiado del partido en el encuentro del Atlético Madrid B y Cultural y Deportiva Leonesa en el resultado final? Ya no le quedan argumentos para contarnos. Y,o ingenuo de mí, creía que ya en la temporada pasada se le habían acabado todos, pero veo que sigue cada día diciendo más tonterías. ¿Será para conservar el cargo que tiene? ¿Quién le ampara? También tendrán que dar explicaciones si no hay un milagro de aquí al final de la liga. Dice usted que al árbitro de partido del Atlético no está a la altura para pitar un partido de Segunda B. ¿Y usted está preparado para dirigir en Segunda B? No ya para un futuro ascenso. Contra el Celta B dijo que como iba a saber usted que un equipo como el Celta B, con jugadores jóvenes y que saben jugar al fútbol, iban a venir a defenderse. Contra el Atlético de Madrid B dice usted que los tres goles fueron ilegales. Mire usted estábamos viendo el partido por televisión y cuando iba ganando la Cultural por 1-0 todos pensábamos que el resultado final del encuentro sería adverso para la Cultural. ¿Sabe usted porqué? Porque no sabíamos a qué jugaban y es que usted es el responsable y no venga con tonterías por no decir otra cosa. Procure usted, señor Álvarez Tomé, cambiar de criterio a la hora de enjuiciar los partidos de la Cultural. Pues la mayoría de los aficionados al fútbol piensan que para esto usted no vale. Roberto Vega González dice «Tengo entendido que iban a venir a ver la Procesión del Perdón los ministros y toda la plana mayor de políticos. Quiso Dios que en un día como aquel se pusiera el cielo a llorar y que vinieran a redimir su penas viniendo a hacer penitencia a esta Procesión del Perdón de León y por eso se puso a llover sencilla y llanamente. Es indignante que vengan aquí a pedir perdón por las fechorías que han hecho».

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