Diario de León
Publicado por
JULIA NAVARRO
León

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SI ALGO tiene Alberto Ruiz Gallardón es instinto político. El alcalde de Madrid,presidente en funciones de la Comunidad Autónoma Madrileña es un autentico mago a la hora de exhibir gestos políticos ,y una vez más lo ha demostrado cesando a Fernando Bastarreche, director general de la empresa «Madrid Excelente», dependiente de la Comunidad Autonóma madrileña. Gallardón no ha cesado a Bastarreche por ser amigo de los constructores Bravo, ni por encargar a éstos que reservaran una habitación en uno de los mejores hoteles de Madrid para la hasta ahora su jefa Paloma García Romero. Gallardón ha cesado a Bastarreche por no haber dicho «toda la verdad». Bastarreche no dijo toda la verdad a sus jefes, no les dijo que él había pedido al constructor Francisco Vázquez que reservara una habitación de hotel, al parecer gratis total, para Paloma García Romero, quién por cierto luego la pago. Gallardón no quiere que el escándalo de los tránsfugas Tamayo y Sáez le salpique, aunque, todo hay que decirlo, Paloma García Romero, una de sus concejalas, antes viceconsejera de la Comunidad, y su marido, el abogado José Esteban Verde, están también en el ojo del huracán. En Estados Unidos mentir es lo peor que puede hacer un político, ahí está el caso Watergate que se llevo por delante al entonces presidente Nixon,pero en España,en realidad en Europa,lo de que los políticos mientan no ha resultado decisivo para la buena marcha de sus carreras. En Europa hay un escepticismo general sobre lo que dicen los políticos, de manera que si mienten, y la mentira no es muy gorda, los votantes lo dan ya por descontado, es decir, no suele pasar casi nada. Pero Gallardón es muy suyo y su carrera la ha ido construyendo por elevación, es decir, por saber planear sobre el suelo de los demás. Lo cierto es que a estas alturas, por más que se desgañite Javier Arenas diciendo que su partido nada tiene que ver con la trama de los tránsfugas socialistas, el cúmulo de «casualidades» en las relaciones de unos con otros es tal que algunos nubarrones se ciernen sobre la inocencia del PP en este caso. Por eso Gallardón, que es más listo, ha cortado por la sano entregando la cabeza de Bastarreche, y por eso hay un rumor insistente en Madrid que apunta que lo mismo termina pidiendo a la concejala García Romero que se «sacrifique» y se marche. Y no esta mal, nada mal, que en este país alguien se tenga que marcha por no decir toda la verdad. Si quienes se dedican a la política supieran que mentir no les sale gratis las cosas cambiarían para bien en nuestra sociedad. Lo malo es que los dirigentes políticos,de todos los partidos suelen ver a la sociedad como un ente abstracto, de manera que deciden cuándo dicen la verdad, cuándo la dicen a medias, cuándo le ocultan información, cuándo tergiversan la realidad, etc. Eso sí, siempre en nombre de sus intereses partidistas, que no de la propia sociedad. En el caso de Madrid, Gallardón se ha apuntado un tanto alejando a uno de los suyos por mentir. Ojalá cunda el ejemplo.

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