Diario de León
Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

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HAY QUE reconocer que los procedimientos que usan muchos varones españoles para enviudar bruscamente son de lo más variado. Unos estrangulan a su mujer, otros le pegan cuatro tiros, algunos la queman con gasolina... El caso es que se han duplicado las muertes por violencia doméstica y muere más gente en el hogar que en la carretera. Un informe de la Fundación Mujeres revela que desde 1999 ha habido 315 crímenes de género. De género masculino, se entiende. Por una mujer que abrevie los días de su pareja, hay noventa y tantos varones que toman idéntica decisión. Además, ellas suelen emplear el veneno y no el hacha y las formas tienen mucha importancia. Se ha demostrado que las medidas adoptadas por las distintas administraciones son iguales en una cosa: su inutilidad. Abundan entre los hombres de pura estirpe celtibérica los que se creen propietarios de sus mujeres y, en cuanto empiezan las desavenencias, las matan. Podían conformarse con hacerlas prisioneras, que también es una salvajada, pero no. Las matan. Y así estamos: dando más bestias por metro cuadrado que en cualquier otro país de los que se consideran desarrollados. No deja de ser curioso que los homicidios y los asesinatos se produzcan en cadena. Parece como si los asesinos y los homicidas se plagiaran. (Esto de las imitaciones también se da mucho en los suicidios. Cuando Marilyn Monroe pasó a peor vida hubo suicidios en cadena entre las vicetiples que estuvieron a punto de agotar el Nembutal en las farmacias). Según la Fundación Mujeres, se esconden muchos años de maltrato tras de cada muerte. Nunca hay que tolerarlos. Más vale poner tierra por medio que estar bajo tierra, aunque existan supeditaciones económicas. No se puede matar a nadie con la excusa de que no se es feliz en su compañía. ¿A quién se le ocurre querer ser feliz?. Ni falta que nos hace. Cuando un periodista, o similar, le preguntó a Baudelaire si era feliz, le respondió que no había caído tan bajo.

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