Diario de León
Publicado por
JULIA NAVARRO
León

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SU NOMBRE, Agustín García, no le dirá nada, es un nombre más, pero la suya es una historia que merece ser contada para denunciar la pesadilla que vive este pescador español ante la pasividad absoluta de nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores. Hace unos meses, el 8 de mayo, en la desembocadura del Guadiana, en esa línea de agua imaginaria que separa España y Portugal, la Marina Portuguesa apresó a una embarcación de nombre El Ladrillo . No es la primera vez, ni será la última, que se produce un conflicto en esas aguas. Portugal asegura que Agustín García faenaba en sus aguas, el pescador mantiene lo contrario. Yo no lo sé, seguramente nunca lo sepamos, pero en todo caso en la civilizada Unión Europea este asunto debería de resolverse con una sanción, una multa y ya estÁ. Pero resulta que la Marina de nuestro «vecino» Portugal apresó a García y, según denuncian el pescador y su familia, recibió una brutal paliza. El marinero ha pasado por la cárcel de Faro y ahora está en la de Lisboa, y está viviendo una pesadilla tal que está recibiendo tratamiento psiquiátrico. Su padre ha anunciado la presentación de una querella contra la Marina Portuguesa por maltratar a su hijo, asegura que hay testigos que testificarán y en septiembre extenderá la demanda contra el Gobierno Portugués. Me pregunto lo que se preguntan miles de pescadores de estas tierras del sur: ¿Qué hace el Ministerio de Exteriores? ¿Qué hace la ministra Ana Palacio? Al decir de los padres y de los marinos, el Gobierno español les ha dejado solos,y debe ser cierto porque resulta incomprensible que nuestro Servicio Exterior no haya sido capaz de obtener la libertad de un pescador en un país que es amigo. Hablamos de un pescador, ni más ni menos. Cuando Ana Palacio fue nombrada ministra me pareció un acierto. Y sus primeros pasos al frente de Exteriores parecieron indicar que sería una buena ministra. Luego el tiempo ha ido colocándola en su sitio, y colocando en su sitio las opiniones de quienes saludamos su nombramiento. Tengo la impresión de que los españoles que tienen problemas fuera de nuestras fronteras se encuentran pavorosamente solos, y ahí están otras denuncias, además de la de Agustín García, para confirmarlo. Hace unos días el padre de un joven catalán denunciaba la detención y el calvario que su hijo sufre en Grecia donde fue detenido en una reunión antiglobalización, sin que nuestro Ministerio de Exteriores preste al joven y a su familia la ayuda que debe de prestarles. Es sencillamente una vergüenza que haya conciudadanos nuestros en esta situación,desde luego, a un ciudadano norteamericano, a un francés, a un alemán, lo que le está sucediendo a Agustín García, no le sucedería. Y eso que en nuestro caso, Aznar es un líder del mundo mundial. Si no lo llega a ser no sé que sería de Agustín García. ¡Qué vergüenza!

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