Eso será lo que Aznar teme

TODOS nos quedamos tan estupefactos que incluso se vio afectada la capacidad de reaccionar de la inmensa mayoría. Pero pasada ya una semana se ve que han comenzado a surgir reacciones cada vez más indignadas contra aquellas inconcebibles palabras del presidente del Gobierno, al salir de entrevistarse con el Rey en Mallorca. Particularmente duros han sido los artículos de Juan José Millás y de Rodríguez Ibarra en El País. Y de La Moncloa no ha salido ni una sola palabra de explicación o de disculpa, no faltaba más. Mientras que eso no suceda, habrá un problema de legitimidad en las relaciones entre Aznar y la oposición, particularmente la socialista. Y con todo, quizá no es lo más grave el contenido de aquellas declaraciones, sino el hecho mismo de que el presidente del Gobierno de España pueda pensar que la oposición está deseando que los soldados españoles regresen muertos de Irak, que cifren en eso sus esperanzas políticas para desgastar al Gobierno y ganarle en las elecciones generales. Decirlo es muy grave pero pensarlo es gravísimo. Sorprende que no lo vean así los dirigentes del PP, esos mismos que luego se muestran implacables en la descalificación de personas como Zapatero o Llamazares. Qué mal va este país cuando tales cosas son posibles. Si yo fuese presidente del Gobierno de este país y creyera que los líderes de la oposición son capaces de querer la muerte de nuestros soldados, no podría permanecer ni un minuto más en mi puesto. A ver si va a ser que lo dice pero no lo piensa, en cuyo caso, no sé, no sé, incluso sería todavía peor. Sea como sea, estoy segurísimo de que en este país nadie desea la muerte en Irak de ningún soldado, y que la inmensa mayoría lo que no quería es que fuesen llevados allá, como la inmensa mayoría tampoco quería la guerra decretada por los tres de las Azores. Si un solo militar español muere en Irak, todos lo lloraremos, y muchos serán los que culpen al Gobierno por embarcarnos en esta siniestra aventura. Eso será lo que Aznar teme.