Diario de León

DESDE LA CORTE

Batasuna no paga lealtades

Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

Creado:

Actualizado:

SI LAS COMPARACIONES no fueran tan injustas, hoy era un buen día para repetir aquello de «Roma no paga traidores». Pongámoslo en más positivo para el PNV: «Batasuna no paga lealtades». El motivo, en el Parlamento vasco. Después de todo lo que hace Atutxa a favor de Batasuna, que la mantiene como grupo en contra del Supremo y les da la palabra cuando quieren, los radicales dijeron no al Presupuesto. Joseba Azkárraga les replicó en un gesto muy de Guzmán el Bueno: «No aceptamos ese tipo de ayuda». No prestándose a ese juego de imposición, el gobierno Ibarretxe y Atutxa le mandan a la sociedad el mensaje de que, por lo menos, les queda la dignidad. Técnicamente, no pasa nada: se prorrogan los presupuestos del año pasado, y se resuelve la crisis. No hay, por tanto, necesidad objetiva de adelantar elecciones, salvo que el Lehendakari lo quiera hacer por otro tipo de razones. La duda que plantea esta situación es la existenciade un pacto secreto entre el Partido Nacionalista y Batasuna, que tantas voces han dado por hecho. Lo ocurrido con las cuentas públicas indica que no existe. Si lo hubiera, el gobierno Ibarretxe no sufriría la humillación de perder la votación más importante del año, porque no necesitaban el sí de los radicales, sino una simple abstención. Pero no nos engañemos: no es por inventar fantasmas, pero la situación creada tampoco es mala para el nacionalismo democrático. Le permite predicar eso mismo que acabo de escribir: que no mantienen pactos con el brazo político de ETA y que su apoyo a Batasuna se basa en los altos criterios que siempre invoca el señor Atutxa. Estamos en tiempo electoral, y en tiempo electoral la moderación es el valor que más se cotiza se cotiza en las bolsas de votos. ¿Os imagináis lo que hoy se estaría escribiendo si Ibarretxe hubiera sacado adelante sus cuentas con el voto de Otegi? Leeríamos apasionados editoriales que presentarían al Lehendakari como un gobernante en brazos de ETA y manejado por sus agentes políticos. Todo esto no impide otra lectura: el gobierno vasco, sin el apoyo radical, es un equipo en minoría. Dado que está formado por tres partidos, su capacidad de pacto se agota en sí mismo o en su deriva hacia Batasuna. Constatado eso, es muy fácil decirles: oigan ustedes, si no están en condiciones ni de aprobar la dotación económica de sus acciones de gobierno, ¿cómo pretenden cambiar el Estatuto o la Constitución? Desde ese punto de vista, ayer han perdido un jirón de credibilidad.

tracking