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Publicado por
León

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NO ES fácil explicar lo inexplicable. Aunque uno tenga el argumento firmemente memorizado y lo remache una y otra vez, a veces, se producen cortorcircuitos mentales. A Rajoy le pasó ayer en una entrevista con Iñaki Gabilondo en la que se produjeron algunas pausas en las respuestas que, pese a su brevedad, se convertían en una especie de inquietante agujero negro. Le pasó cuando se le preguntó por lo de las famosas armas de destrucción masiva y con lo del caso de Urdaci, que sigue al frente de los informativos de TVE en plena campaña. Esos titubeos tambalearon un tanto la estrategia del candidato aunque, mirándolo de otra manera, lo hicieron más humano. Y es que hay preguntas para las que la respuesta más razonable es: «pero, ¿por qué me hace usted esa pregunta?».