Diario de León

TRIBUNA

A propósito de lo que sucede

Publicado por
B. CABEZAS GONZÁLEZ-HALLER CATEDRÁTICO DE SOCIOLOGÍA
León

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PODRÍA SER ventajoso tener constantemente in mente lo que viene sucediendo por no dar prioridades a la prevención de los problemas sociales. No tengo duda que ustedes comparten conmigo la convicción de que los problemas centrales de la actualidad son problemas sociales. Sin embargo, podemos observar como al mismo tiempo el gigantesco aparato del Estado, destinado a resolver los problemas, va tan detrás de ellos, que emplea mucha energía (las ministras dicen que trabajan doce horas), muchos recursos en resolverlos y pocos en prevenirlos. Y no será por falta de asesores y técnicos de todas las especies y especialidades. Yo conozco algunos expertos, tanto del anterior como de este Gobierno y, claro, no me extraña que las cosas funcionen de cualquier manera. Es obvio que alguien que no puede percibir los problemas no pueda explicarlos y mucho menos resolverlos. Como nota sobresaliente habrá que destacar que en León y provincia lo que funciona bien son las fiestas patronales, y sobre todo los discursos de los pregoneros/as. Todos/as coinciden en buscar las raíces de los sentimientos. Y cuando nos tocan la fibra débil nos entregamos sin condiciones. Eso es lo que hizo Leire Pajín, elegida para dar el pregón de las fiestas de Sabero. Parece que tiene raza. Si se tiene en cuenta que a los 23 era la diputada más joven de España es para pensarlo: cómo se promocionaría o quién la promocionaría para ser incluida, una jovencita sin experiencia, en la lista por Alicante en 1992 (cuidado, hoy después de cuatro años de entrenamiento, tiene muchas tablas y es mujer con cargo de secretaria de Estado de Exteriores. Como dijo en una entrevista, ni ella misma se lo cree. Todos los pueblos importantes tienen su pregonero. En Astorga debutó Fernando Alonso ( hijo del famosos Luis Alonso Luengo). Este hijo hoy goza de las ventajas de ser académico de la Historia. Nadie como él para hablar de las nostalgias de esa ciudad convertida en poblacho. Hay muchas fiestas, pero sólo hay pregoneros en las de los pueblos importantes. Ocurre en una sociedad en la que el Gobierno tasa todos los años los salarios, y deja al mercado que ponga precio libre a los pisitos, que son jaulas para obreretes y clases medias inconscientes (en el otro lado están los de 280 metros o los grandes chalets donde vive, después de dejar la Moncloa, Aznar y González y otros). A los promotores inmobiliarios, a los bancos y a los intermediarios de productos básicos, que compren barato a los cultivadores y vendan caro, no se les tasa el beneficio. Una sociedad que funciona con reglas de este tipo, en vez de regenerarse, se quema, se desespera, se desordena y se degenera, porque las desigualdades fuertes entre unos y otros terminan mal. Por supuesto, que esto viene de atrás. Pero estos días, no se por qué no salió antes, dicen los periódicos que las cárceles están a tope, y, como consecuencia, se producen peleas, muertes, tensión. Según datos del Ministerio del Interior ,hay 59.199 encarcelados. En 1990, había 33.035; en 1996, cuando empezó a gobernar el PP, 43.443; actualmente, 58.152. En las cárceles de Catilla y León hay nada menos que 6.558. Se constata que la delincuencia, en este modelo social, crece excesivamente. En concreto, España es el país de la Unión Europea en el que más ha crecido en los últimos cinco años. Contar los presos y decir cuantos hay es fácil, y anunciar la puesta en marcha de programas teóricos también. Aquí lo que hace falta es tener valor para decir que han sido los sucesivos gobiernos -éste está en lo mismo-, con sus políticas educativas, culturales, laborales y publicitarias los que diseñan el modelo económico y urbano, modelo que produce la delincuencia, la prostitución y las mafias, las que trabajan al margen de la ley, pero aprovechándose de ella y de la falta de precisión y ejecución y los poderes facticos que juegan con la ley y con el Boletín Oficial del Estado. Gobiernos -y en eso está incluida toda Europa- que predominantemente cultiva valores negativos, que motivan a la gente a no respetar, porque son sus actores los primeros que no nos respetan, despilfarran, viven con lujos, pues conduce al país a un final no deseado. Hasta ahora, cuando se descomponía la sociedad, lo habían arreglado con hacer la guerra. Aún andamos buscando a los inocentes que asesinó Franco. Y no hace mucho- por las guerras preventivas de Bush, y la torpeza de los que contrataron el avión en el que perdieron la vida 63 personas de este país. Y otras la perdieron en Irak. Si seguimos así, no tardaremos en lamentarnos. La cultura negativa que están cultivando produce un modelo de juventud que, con excepciones honrosas que ni ellos mismos se gustan, crecen sin conciencia y buscan el dinero el recurso para ponerse al nivel, y los que no lo tiene pues roban. Lógico. Si se crean necesidades, hay que satisfacerlas como se pueda. Pero esto no ha hecho más que empezar: están dadas las condiciones para que las grandes ciudades, en los próximos tres años, den un salto cuantitativo y cualitativo fuerte. Cuantitativamente podemos predecir que se triplicara el nivel de delincuencia de menos de 30 años; y cualitativamente se especializarán en secuestros y robos de más nivel y, como ya ocurre en México y Colombia, al crecer el número de policías y de vigilantes, crecerá la proporción de colaboradores con la delincuencia. Más policías y más cárceles es una de las formas de que aumente la delincuencia. ¿Por qué? Ya he apuntado la causa fundamental, pero hay otras: mientras la mayoría de la población que ha comprado piso en los cinco últimos años está empeñada por más de veinte, hecho que produce una diferencia entre los que ya tiene pisos amortizados, los bancos han obtenido en el último semestre un beneficio mayor de su historia. Los ciudadanos que dicen que están las hipotecas baratas se equivocan, porque las bases de los precios de los pisos son altísimas. Hace veinte años, la hipoteca costaba el 15%, pero el mismo piso que cuesta hoy noventa millones en Madrid costaba seis millones. Dos problemas: no es lo mismo pagar seis millones que noventa; no es igual pagar el 3% de 90 que el 16% de seis. La prueba es que los bancos obtienen, por el concepto de hipotecas, unos beneficios insultantes. Y por si fuera poco, cobran por todos los servicios y pagan los intereses de los ahorradores como quieren. El problema del precio de los alquileres es otro elemento extorsionante. En Madrid, un apartamento de 45 metros y deteriorado cuesta 800 euros, si es bueno, 1.000. En esto de alquileres hacen leyes que parece que están pensadas con el culo. Resulta que tasan la subida de la renta de los pisos alquilados. Es páradogico, por ejemplo, un apartamento alquilado en Madrid hace cinco años en 80.000 pesetas, que en caso de prorrogar el contrato puede subir unas 4.000 pesetas, en los cinco años, si queda libre. Ahora piden 130.000. El precio de la renta obliga a la gente a compartir el espacio, y en el caso de extranjeros hay bastantes casos que en un piso de dos habitaciones viven diez personas. Y nadie movió el dedo en la España va bien de Aznar para evitarlo, y parece que con Zapatero tampoco. No se trata de que haya igual número de ministras que de ministros (aunque siempre es más ameno el asunto, y parece que les gusta estar monas), lo que cuenta es que la gestión sea la adecuada. Creo que es una ingenuidad presumir de esas igualdad tan ficticia, puesto que esta sociedad hace diez años que empezó a reaparecer la desigualdad real. De hecho, percibo más actividad, más sensibilidad en las ministras que en los ministros. Aunque, no puedo decir lo mismo de la directora general de TVE, Carmen Cafarel. ¿Quién habrá seleccionado a esa señora? ¿Por qué? ¿Y para qué? Por supuesto, para mejorar la calidad de los contenidos. Desde luego, no se nota. Mal vamos si los asesores, para tener audiencia, dicen que hay que continuar con los programas basura. Así se ha degenerado la televisión, y de paso la sociedad.

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