Panorama desde el balcón

JOSÉ MARÍA Rodríguez de Francisco y Covadonga Soto, ediles no adscritos en el Ayuntamiento de León, se han convertido en pareja de famosos nacionales, como en su día la de los dos parlamentarios de la Asamblea de Madrid, Tamayo y Sáez, gracias a la que puede ser su última pirueta política. Las verdaderas razones para dar la vuelta al gobierno de la ciudad de León las sabremos más pronto que tarde.De momento, los socialistas ya han pedido una comisión de investigación en las Cortes de Fuensaldaña. Las comisiones de investigación se sabe cómo empiezan, pero no cómo terminan. De constituirse, De Francisco y Soto serán las primeras estrellas del desfile. Y no se librarán de su condición de tránsfugas. Así los calificó el portavoz municipal popular cuando ambos pasaron a ser «no adscritos». Francisco Saurina, además, pidió entonces que no tuvieran ni un duro de consignación municipal. Lo que va de ayer -pleno de junio- a hoy. El mismo concejal popular estuvo en la rúbrica del pacto. Desde este balcón, pese a la niebla, diviso un panorama a tres bandas. 1. Para Mario Amilivia la alcaldía de León se había convertido en una cuestión de vida o muerte política. Es un profesional de la política que había quedado marginado por la mayoría de su partido en León. Le esperaba un futuro muy negro si no recuperaba el sillón de corregidor. Para Herrera se trata de un tanto que le permite sacar pecho ante los demás barones territoriales populares. Para Rajoy equivale a meterle un gol en casa a Rodríguez Zapatero, cuando está necesitado de autoafirmación. Ángel Acebes ya ha confirmado su apoyo a la moción de censura. Quienes se beneficiaron de Tamayo y Sáez en Madrid, no iban a tener escrúpulos en León. Como se desmostró recientemente en la reelección del presidente del Tribunal de Cuentas, el PP sólo cumple la parte de los pactos que le favorecen. Lo demás no existe. 2. Para la UPL, la salida de sus tres concejales del equipo de gobierno supone el segundo trauma en pocos meses. Consideran, además, que el presidente de la Junta ha engañado deliberadamente a sus dirigentes. Si la mayoría consigue resistir cohesionada en la oposición, se habrá consolidado como partido, ya sin el aliento tenebroso de su fundador. Donde se sueldan las voluntades es en la oposición, elaborando estrategias coherentes y salvando las zancadillas que les van a poner. 3. Es evidente que los socialistas aún están en medio de la sorpresa y del disgusto. No habían previsto este giro de la situación. En primer lugar, porque creyeron que la aproximación entre De Francisco y Amilivia, después de insultarse públicamente durante meses, y entraría en la historia universal de la infamia. Pero también porque en el Ayuntamiento de León se habían acostumbrado a que el «efecto Zapatero» podía sustituir el trabajo diario sobre el terreno de sus organizaciones. Ahora bien, hay otro fenómeno que no podemos perder de vista. Entre muchos socialistas leoneses la indignación va acompañada de la convicción de que, una vez más, el asfixiante predominio de la derecha en Castilla se utiliza por la Junta para sofocar las posibilidades de la izquierda en León. Nunca pasa nada sin consecuencias. Este caso aumenta la distancia, cada vez mayor, entre León y Valladolid.