La diferencia

RODRÍGUEZ Zapatero compareció ayer ante la comisión de investigación sobre los atentados terroristas del 11-M. Gasté toda una jornada laboral, incluidas horas extras, frente al televisor. Lo emitió en directo La 2. Y pude comprobar, nunca mejor dicho, que las comparaciones son odiosas respecto a la comparecencia del ex-presidente del Gobierno, José María Aznar. Rodríguez Zapatero no fue a la comisión del Congreso de los Diputados a decir que no descarta nada, a dar opiniones, sembrar sospechas e intoxicar. No. Fue a dar cuenta de los hechos, que sabe ciertos, que se pueden demostrar con documentos, fruto de las investigaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado españoles y extranjeros, de las investigaciones judiciales y fruto también de la lógica de los hechos. ZP fue a la comisión de investigación sin tener nada que ocultar y dio una lección de coherencia y consistencia de lo que ocurrió en este país: el atentado brutal y desgarrador del 11-M, sobre la gran cantidad de mentiras que el Gobierno voceó entre el 11 y el 14-M, y que todavía desde el PP e intoxicadores profesionales pretenden que nos creamos. Como dijo Rodríguez Zapatero, entre el 11 y el 14-M hubo un engaño masivo para convencernos de que ETA fue la autora, cuando sólo hubo una pista, sólo una pista, no atajos imposibles. A pesar del engaño del Gobierno, este periódico tituló a toda página, en primera, por supuesto: «Al Qaeda asume el horror». Pueden contarse con los dedos de una mano los periódicos que se la jugaron el 12-M con ese titular. DL fue un avanzado. Al engaño de aquellos días se ha sumado, según hemos conocido ahora, que se borraran todos los ordenadores de Presidencia de Gobierno. No quedó rastro de la manipulación. Si no tenían nada que ocultar ¿por qué iban a descolgar del satétile a los ordenadores? ¿Por qué no ha quedado ni rastro de lo que, durante cuatro días, dijo el presidente del Gobierno? ¿Acaso en la mesa de Aznar no se pusieron documentos del CNI, ni de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado? Llevo horas ante el televisor. Es la mejor comparecencia que le he escuchado al Rodríguez Zapatero. Ha demostrado veracidad en lo que dice, respeto escrupuloso por el Parlamento, depositario de la soberanía nacional, responsabilidad para con los aliados antiterroristas y con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a los que Aznar quiso cargarle el muerto. Los 192 muertos, los heridos, y el dolor desmedido de todas las víctimas. El PP, pese al intento de Aznar y cía, no fue el damnificado. Los damnificados fueron los que dejaron su vida en los raíles del tren de cercanías. Quiero hacer un apunte extra: Es completamente impresentable que mientras habla el presidente del Gobierno o cualquier otro compareciente que no les gusta, parte de los diputados del PP se dediquen a hablar y gesticular, sin el mínimo respeto al Parlamento y a los ciudadanos que les han elegido, como si fueran habituales a los programas de la telebasura. Dan el peor ejemplo posible a unos jóvenes a los que no se les permitiría hacerlo en la escuela. Alguien debe decirles que si el gamberrismo está injustificado en los campos de fútbol, mucho menos ha de estarlo en el Parlamento.