Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

La matraca del plan Ibarretxe

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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LOS REYES MAGOS sonreían nerviosamente cuando se apearon de la Mikado. Hacía un frío de carámbano. La imagen no eran ellos, sino los ojos de asombro de los niños. Fuegos de artificio prolograron la cabalgata. Melchor, Gaspar y Baltasar cumplieron mecánicamente su jornada laboral, pero les delataba, digo, su sonrisa nerviosa. Lo supimos al día siguiente. Los Magos, casi de forma clandestina, acudieron a la estación de Feve. Embarcaron rumbo a Cistierna sin aclarar el secreto que llevaban en el fardel. El día antes, mi buen amigo Luis, boticario de Sabero, con Sheila de «partenaire», habían escenificado la obra «Empieza tú». Un exitazo. Ellos empezaron la tarea de la ilusión y los Reyes Magos llegaron después para poner la guinda: dejaron el segundo premio de la Lotería de «El Niño». Una inyección económica muy importante para ahuyentar la tristeza de la recesión que vive la comarca. No me extraña que los Reyes Magos estuvieran nerviosos. Nervios a flor de piel está provocando el llamado Plan Ibarretxe. Lleva ya quince días ocupando páginas y páginas, gastando ríos de tinta. El asunto amenaza con seguir así hasta las elecciones vascas que se celebrarán, previsiblemente, en mayo próximo. O sea, seguiremos soportando durante cuatro meses más la misma matraca. Como todo el mundo sabe, la propuesta aprobada en el Parlamento Vasco va a ser rechazada por mayoría aplastante en el Congreso de los Diputados. Nunca se convertirá en una ley que reforme el Estatuto de Autonomía vasco y, también, la Constitución española por la puerta de atrás. Todos los juristas de este país, unánimemente, han considerado que la propuesta de Ibarretxe es anticonstitucional. También es opinión unánime que la pretensión resulta ilegítima porque está sustentada únicamente por los representantes de la mitad de los vascos, frente a la otra mitad y a la abrumadora mayoría de los españoles. Encuestas recientes sustentan que la mayoría de los vascos, igual que la de los catalanes, no tienen el mínimo interés en la reforma de sus Estatutos de Autonomía, ni en las maniobras de enfrentamiento que se traen entre manos parte de los políticos de esas comunidades autónomas. El Plan Ibarretxe no tiene ninguna posibilidad de llegar a ponerse en práctica. Además, eso es lo mejor que les puede ocurrir a los vascos porque, de lo contrario, si se pusiera en práctica el plan de los nacionalistas, acabarían a tortas, pero entre los vascos: una mitad, contra la otra. Se segregaría Álava del resto del País Vasco y también los municipios de la margen izquierda de la ría del Nervión. Y ciudades como Ermua, Rentería, Irún, San Sebastián, e incluso barrios enteros de Bilbao. Los nacionalistas no sólo llegarían a destruir una soci edad, como lo está haciendo, sino la propia Comunidad Autónoma que tan irresponsablemente gobiernan. Por todo eso, resulta injustificado el ataque de histeria que parece haber inundado a una parte del PP y a medios de comunicación afines. Sólo se comprende si, al igual que el PNV, están motivados por la inminente campaña electoral vasca. El Gobierno y su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, hacen bien en m antener la calma.

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