Ibarretxe está seguro

SUMIDA como ha estado en un marco informativo más importante, como la agonía del Papa, la campaña vasca ha tenido que limitar sus pretensiones de protagonismo en las últimas horas. Pero no por ello, los sondeos, publicados o rumoreados, han dejado de suscitar la preocupación o las esperanzas de unos u otros, según resultasen perjudicados o beneficiados por los augurios. Puede que pocas veces el transcurso de una campaña, los mensajes que en ella se estén lanzando o vayan a lanzarse, sean susceptibles de influir tanto en el resultado final, en el que de un escaño, el número 38 que concede la mayoría absoluta, influye no sobre quién vaya a gobernar, sino quizá en la trayectoria o en el destino de una comunidad autónoma, histórica, social. El lehendakari Juan José Ibarretxe está tan seguro de su victoria que por primera vez en la historia ha accedido a celebrar un debate con los candidatos socialista, Patxi López; popular, María San Gil, y de Ezker Batua, Javier Madrazo. Será este lunes, en la televisión vasca, que está adquiriendo un indudable protagonismo y relieve en esta campaña. Tiene todas las de ganar Ibarretxe en este debate, en el que presumiblemente contará como aliado soterrado con Madrazo y en el que López y San Gil no van a ir unidos, sino como mutuos rivales. Mientras que el lehendakari se podrá dar el lujo de acusar a ambos, merced a un pretendido pacto «desde Madrid», de intentar acabar con la autonomía de Euskadi. Lo cual no es cierto (patentemente, no hay pacto entre PSOE y PP, más distanciados que nunca), pero ya se sabe que en campaña todo vale. Y, así, la campaña vasca es la del disimulo, la de la mendacidad. Por ejemplo, cuando los dirigentes del PNV, con Josu Jon Imaz a la cabeza, proclamaban su decepción por el hecho de que Aukera Guztiak, la sucesora directa de Batasuna, no pudiera presentarse a las elecciones, «lo que va a dar cuatro o cinco escaños a los socialistas». Falso, pero ¿qué importa? A ver qué nos dicen en su anunciada y esperada rueda de prensa de comienzos de esta semana los responsables misteriosos de la lista del Partido Comunista de las Tierras Vasca, herederos presuntos de Aukera Guztiak, la heredera de Batasuna, última trampa en estas elecciones vascas, tan accidentadas. Hasta ETA tenía que entrar en esta carrera de la mendacidad con un comunicado de última hora, anunciando que ahora sí quiere negociar con el Gobierno. Paradojas de una situación política tan fluída como la que estamos viviendo en este comienzo de la nueva era: todo marcha hacia el cambio y, en cambio, nada cambia.