Diario de León

VENTANA ABIERTA

Diferencias esenciales

Publicado por
JOSÉ CAVERO
León

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DESDE hace algunos meses se sabía, y llamaba la atención, que la Asociación de las Víctimas del 11-M no figurara como acusación popular en el futuro juicio por el asesinato de las 192 personas asesinadas en los trenes de cercanías. A más de uno había dejado perplejo esa ausencia. Ahora, el sumario del juez de la Audiencia Juan del Olmo nos vuelve a proporcionar sorprendentes noticias acerca de los preparativos y desarrollo de los crímenes de los trenes de cercanías de hace casi año y medio, pero también acerca de otras cuestiones que rodean aquel caso criminal. Por ejemplo, sobre esa ausencia de la A-11-M. Y es que nos revela el juez las sorprendentes posiciones que ha adoptado la Asociación Víctimas del Terrorismo, que preside José Alcaraz, y con la que se viene declarando incompatible por varias razones la Asociación de Víctimas del 11-M que preside Pilar Manjón. Que entre ambas asociaciones y sus respectivos líderes hay algo o mucho más que un «pique» y unas diferencias de táctica o de estrategia, salta a la vista. También parece clara la alineación política de ambas organizaciones: de Alcaraz, muy frecuentemente en línea con los postulados del PP o contra los postulados del PSOE, y la de Manjón, al revés, mucho más en línea con el PSOE que con el PP. Pues bien, ahora, y a cuenta de la exigencia del juez Del Olmo para que las dos organizaciones concurran juntas al juicio por el 11-M, se personan juntas, como acusación popular, y se revela la muy distinta manera de pensar que tienen una y otra asociación de víctimas. Para Alcaraz y los suyos, debe responsabilizarse a dirigentes de ETA por los crímenes de Atocha, y además, entienden que Marruecos es país enemigo y los árabes son una raza cuyos miembros debieran estar controlados. Se observará que son tesis difícilmente asumibles cuando en el sumario no existe la menor relación de los crímenes de los trenes de cercanías con la banda ETA, ni parece demostrable que se proyectara, como en su día también se sugirió, en el seno de los servicios de inteligencia marroquíes. Todas ellas posiciones que a Pilar Manjón y a sus propios asesores jurídicos les parecen inadecuadas, inconvenientes y sesgadas. ¿Cómo podrían acudir juntos a hacer una defensa como acusación personal dos asociaciones que parten de opiniones tan escasamente compartibles y comunes? Manjón y los suyos insisten en que sólo les importa saber qué pasó, quiénes son los culpables del crimen masivo, por qué se bajó la guardia en la lucha antiterrorista y no fue posible prever o evitar la matanza. Y abundan los abogados de Pilar Manjón en que los planteamientos éticos, filosóficos y jurídicos son distintos en la organización de Alcaraz. Todo lo cual hace imposible que, contra lo que pretende el juez de la Audiencia, se personen ambas asociaciones de víctimas bajo la dirección jurídica de la que preside Alcaraz. ¿Qué hará el juez? La alternativa es casi una amenaza: cada víctima o familiar de víctimas del 11-M que no quiera acudir con los servicios jurídicos de Alcaraz podría ir a título personal, individualmente, lo que podría originar un considerable colapso en el procedimiento. Lo más probable es que el juez entienda y admita las razones de Manjón y permita su personación al margen de la de Alcaraz.

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