Diario de León

TRIBUNA

A los feligreses de la parroquia de San Pedro de Puente Castro

Publicado por
JULIÁN LÓPEZ MARTÍN
León

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QUERIDOS fieles cristianos: A mi regreso de Roma, donde he participado en la XI Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, me he encontrado con la protesta de los vecinos de Puente Castro por la posible cesión de la antigua iglesia parroquia «como centro para inmigrantes». Movido por mi deber apostólico ante una parroquia de la que guardo un grato recuerdo con motivo de la reciente Visita Pastoral, deseo dirigirme a sus feligreses, y muy especialmente a los que, con su participación en la vida de la comunidad parroquial, se consideran miembros activos de la misma. Vaya por delante mi confianza en vuestro sentido eclesial, una vez que os informéis de los hechos y de los derechos que están en juego. Este es uno de los fines de esta carta, dirigida a vosotros en primer lugar pero abierta también a la opinión pública. Por otra parte, según el escrito que se ha entregado en este Obispado reivindicando la antigua iglesia parroquial de San Pedro de Puente Castro, y por lo que yo mismo he podido apreciar en los medios de comunicación, he visto que participan algunas asociaciones públicas de fieles católicos establecidas en la parroquia, las cuales han de estar en comunión con su párroco y con su Obispo. 1º.- Respecto del modo como algunas personas se dirigieron al párroco Rvdo. D. Maximino Castro Rodríguez al término de la Misa vespertina del pasado viernes, día 28 de los corrientes, quiero que sepáis que D. Maximino Castro no ha tenido parte alguna en el posible destino de la antigua iglesia parroquial por la comunidad católica rumana residente en León. Es totalmente injusto, por tanto, tratar de hacerle responsable de esta posibilidad. A él no le compete tampoco hacerse portavoz ni encabezar las reivindicaciones de entidades y asociaciones ajenas a la Iglesia Católica. Lo cual no es óbice para que esté plenamente entregado a la comunidad parroquial y a la sociedad humana en la que ejerce su ministerio, como lo ha estado antes en su anterior parroquia, en la que lleva más de 20 años y de la que aceptó salir no sin sufrimiento, pero con una gran generosidad. En este sentido, quiero hacer público mi afecto y mi aprecio y el de mis colaboradores hacia su persona, reconociendo su preparación pastoral y su espíritu de servicio. Muchas parroquias se sentirían muy satisfechas de tenerle como párroco. Os pido, pues, que le arropéis con vuestro cariño y que colaboréis con él por vuestro bien. 2º.- Ante lo que puede tener visos de rechazo de unas personas inmigrantes, debo manifestar que, de ser así, no sería humano ni cristiano. España es hoy un país de acogida de inmigrantes procedentes de muchos lugares del mundo, que se ven en la necesidad de salir de su tierra en busca de mejores condiciones de vida. No hace tantos años, de nuestra región salieron miles de conciudadanos hacia otros países europeos, y allí fueron y son todavía atendidos pastoralmente por sacerdotes españoles. La Diócesis de León, siguiendo las orientaciones actuales de la Iglesia, está abierta a todos los inmigrantes. En el caso de los rumanos, a petición de la Jerarquía Católica de Rito Bizantino de Rumanía, desde hace un año hemos acogido en una parroquia de León a un sacerdote de este rito, que en plena sintonía conmigo, está atendiendo pastoralmente a los fieles en su lengua y según su propia práctica litúrgica. Por eso, después de esta experiencia, en la que se ha llegado incluso a modificar el horario de culto dominical de la parroquia para dar cabida a la liturgia de estos hermanos nuestros, se ha estudiado la conveniencia de ofrecerles un espacio adecuado para el desarrollo de sus actividades de catequesis y vida cristiana. Y, efectivamente, mis colaboradores y yo hemos pensado que la antigua iglesia parroquial de San Pedro reunía esas condiciones, dado que la parroquia de Puente Castro dispone no sólo de una nueva iglesia sino también de instalaciones suficiente de carácter pastoral y también social. 3º.- Como ya se ha hecho saber en una nota de prensa hecha pública el pasado 28 de octubre, en el año 1996 la antigua iglesia de Puente Castro fue cedida al Ayuntamiento de León como Escuela-taller para su rehabilitación, compromiso que no fue cubierto en su totalidad, por lo que se entiende que la situación de la iglesia ha vuelto a ser la primitiva, es decir, de libre disposición de la comunidad católica. A esta sucinta información deseo añadir algunos datos más. En efecto, una vez que el Ayuntamiento trasladó, por propia iniciativa, la Escuela-taller a otros locales en 2004, se produjeron varias conversaciones entre responsables políticos y técnicos del Ayuntamiento y el Obispado de León. En ellas se acordó la realización de algunas obras en el edificio y que se facilitara el fluido eléctrico a los locales que la parroquia seguía usando, y se estudió la posibilidad de una exposición cultural en los meses de octubre a diciembre. El 5 de septiembre se comunicó al Obispado la decisión de no realizar la exposición, y que se dispusiera del edificio. No obstante, si se presentaba otra ocasión, se solicitaría, a lo cual el Obispado estaría dispuesto. En esta situación, teniendo en cuenta la legislación canónica acerca de la finalidad de las iglesias y las posibilidades que tiene todavía la antigua iglesia parroquial de Puente Castro, después de deliberar con los órganos de gobierno pastoral de la Diócesis, he creído conveniente recuperar el culto católico en esa iglesia, sin descartar otros usos o actividades de carácter cultural que no desdigan de la finalidad religiosa, a los que este Obispado sigue abierto. De la misma manera he pensado en la utilización de la iglesia para la comunidad greco-católica formada por los fieles rumanos. Obviamente, de todo esto se ha informado a quien correspondía, no a entidades e instituciones que por su carácter cívico o deportivo no tienen, en principio, porqué solicitar la utilización de un local religiosos. Volviendo a lo que decía al principio de esta carta, confío en el buen sentido de los feligreses de San Pedro de Puente Castro, a la vez que manifiesto nuestra disponibilidad para el diálogo, reiterando la voluntad de hacer compatibles actividades de carácter cultural con la finalidad principal de la antigua iglesia parroquial. Con mi cordial saludo y bendición.

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