Diario de León

DESDE LA CORTE

Y el presidente no acudió

Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

Creado:

Actualizado:

TERMINÓ el Congreso de Víctimas del Terrorismo y fue abundante en noticias. Hemos conocido su postura ante una probable negociación: «no a la paz por presos». Hemos sabido que Peces-Barba abandonará su puesto de Alto Comisionado. Se ha planteado a este país el grave dilema de si las víctimas han de ser parte decisiva en las concesiones que se puedan hacer después de que ETA abandone las armas. Y queda sometida a juicio de opinión la ausencia de Zapatero en alguna de las sesiones. Todos son aspectos apasionantes. La distancia del presidente creo que requiere la reflexión más urgente. Si usted pregunta las causas en el entorno de La Moncloa, encontrará estas explicaciones: la oficial, basada en un problema de agenda; la política (José Blanco), que lo disculpa, porque Zapatero está trabajando por las víctimas y la paz; la tonta, que argumenta que lo importante era la compañía del gobierno, y se la dieron Peces-Barba y José Antonio Alonso; la ingenua, que dice que no pasa nada, porque tampoco estuvieron los reyes y delegaron en los Príncipes; y la grandilocuente, que asegura que Zapatero, en su grandeza de ánimo, no quiere personalizar la política. Como se ve, disculpas no faltan. Sólo tienen un problema: ninguna es creíble. Valencia no está en Japón, acudir en algún momento hubiera ocupado dos horas de su agenda, y presidir su clausura hubiera sido compatible con el homenaje a Tomás y Valiente. Si no lo hizo, no le demos más vueltas: le ha faltado voluntad política. ¿Y por qué no tuvo esa voluntad? Mi tesis personal, probablemente equivocada, es que Zapatero no está todavía en condiciones de hablar con las víctimas. No tiene elaborado un cuerpo de doctrina para dirigirse políticamente a ellas. Teme que una palabra de aliento, afecto o respaldo a sus tesis desbarate lo avanzado en los sondeos que sus gentes están haciendo con la llamada «izquierda abertzale». Y teme adquirir compromisos que después no pueda mantener. Yo lo comprendo. Y hasta estoy dispuesto a justificarlo. Pero el señor presidente no puede evitar una cascada de críticas y recel os. La que más le dolerá será ésa que le dice, con hiriente injusticia, que se entiende mejor con los verdugos que con las víctimas. No es ni puede ser así; pero cuando se desata la demagogia, resulta incontrolable. Y ahora debe asumir que habrá quien le haga esa denuncia y quien le achaque miedo a ser abucheado por quienes más han sufrido el terrorismo. Este cronista sólo le hace una advertencia: unas víctimas que se consideran poco queridas por el presi dente del Gobierno son unas víctimas que se echan en brazos del Partido Popular. Aunque sólo fuera por ese riesgo, creo que valía la pena haber soportado un abucheo.

tracking