Diario de León

DESDE LA CORTE

Largo, difícil y duro

Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

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AL FIN. El soñado, esperado, anunciado, por algunos temido, comunicado de ETA se ha difundido. ¿Qué significa eso? Que se ha dado el primer paso hacia el final negociado del terrorismo. Nada más que eso, pero nada menos que eso. A partir de él se abre un periodo apasionante de la historia: cómo se aprovecha ese paso para conseguir, en palabras de Ibarretxe, que «las armas callen para siempre». O, como dice el británico «The Guardian», que desaparezca el último grupo terrorista europeo. La ilusión es mucha, pero las dificultades son inmensas. La memoria histórica recuerda los intentos anteriores de diálogo, especialmente el abordado por Aznar, que terminaron en gran decepción de la sociedad española. En este primer asomo a la nueva situación, no se puede hacer otra cosa que dibujar perspectivas. Hay detalles que alientan la esperanza. El fundamental es que ETA se muestra dispuesta a seguir la «hoja de ruta» que ha marcado el Congreso en mayo de 2.005; es decir, la expresión de un deseo inequívoco de abandonar la violencia. Pero hay también detalles, e importantes, que fuerzan toda cautela. Son las que podríamos considerar «condiciones políticas», aunque el comunicado no las defina como tales: la creación de un «nuevo marco político»; el reconocimiento de los derechos que a Euskadi «corresponden como pueblo», que suena algo a Plan Ibarretxe; la referencia implícita a la autodeterminación, y la inclusión del Estado francés en el proceso. Estos serían los «precios políticos», expresión satanizada, que podrían abortar todas las perspectivas que se abren. Si ese panorama es difícil, no son más fáciles las actitudes políticas. Ahí tenemos a un Partido Popular que ahora se enfrenta a su propio discurso habitual. Hasta ahora ha mantenido una oposición frontal al final dialogado. Cree, después de su experiencia de gobierno, que al terrorismo se le derrota, no se le ofrece una salida. Y ahora, en el proceso psicológico que vive este país, le resultará muy complicado negarse a dar su apoyo a la iniciativa que dirige Zapatero. De hecho, esas contradicciones se vivieron ayer: Matas dijo que estábamos ante una «muy buena noticia»; María San Gil expresó sus recelos, y Rajoy tuvo que elegir una vía que podríamos definir de «insatisfacción moderada»: no es el comunicado que esperan, pero no puede negar su apoyo. Sumado todo, empieza un proceso largo y duro; pero no empieza mal. Son precisas toneladas de calma y prudencia, las palabras que más utilizó Zapatero. Pero el ambiente dice que algo muy importante ha empezado a cambiar este país. Casi cerrado el proceso catalán, empieza el vasco. El viaje va a ser largo y tenso. Desde el escepticismo, un deseo: ojalá salga bien.

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