Diario de León

TRIBUNA

Fervor puro a la sombra de los siglos

Publicado por

Creado:

Actualizado:

EL CARRO de la tarde camina con lentitud hacia el poniente. La luz pierde su fulgor. Sin embargo, las velas, minúsculos rescoldos de sol, enderezan resplandores oferentes, sensitivos. Repican las campanas parroquiales. Suenan paralelos los bronces en la espadaña de las MM. Benedictinas. Hoy, Viernes de Dolores, en torno a la iglesia de Nuestra Señora del Mercado, la devoción popular se hace multitud que aguarda con impaciencia la salida de la Virgen de las Tristezas. El pulso de la fe y el latido del fervor hacen posible esta estampa secular, que, con fuerza inusitada, cada quinto viernes de cuaresma se reproduce con fidelidad en la antigua calle de la Frenería, compendio de las actuales Herreros y Puerta Moneda. Una vez que la sagrada imagen alcanza los umbrales del templo, la arteria urbana es un sobrio temblor de claridades, un lugar apacible para el alma, un espacio para la consolación. La emotividad que atesora la escena resulta elocuente y conmovedora. De su veracidad nos dan cuenta los testimonios de Victoriano Crémer y Máximo Cayón Waldaliso, ambos cronistas oficiales de la ciudad, ambos entrañados en el barrio de Nuestra Señora del Mercado. Datan de 1960. Crémer lo explica así: «Todos los años, la Virgen de mi calle, se asoma a esa magnífica geografía humana, contenida en calles y plazas y callejas que tienen nombres permanentes: Carvajalas, Santa Cruz, Misericordia, Rúa, Herreros (...) Ésta es de esas imágenes, de esas representaciones, de esos símbolos, de esas procesiones que van siempre por dentro...» Y Cayón Waldaliso, lo expresa de este modo: «Nuestra ciudad, conocedora de la bellísima historia y tradición de la Dolorosa (...) se volcará en esta piadosa manifestación de fe mariana en torno a la sacratísima imagen de la «Morenica del Mercado» (...) Hoy, las miradas de los leoneses serán todas para la milagrosa imagen, que recibirá en nuestras calles la emotiva escolta de millares de mujeres leonesas». La procesión inicia su andadura a las ocho de la tarde. El itinerario es producto de la tradición. La cera y la plegaria alfombran la irregularidad del trazado urbano por donde discurre el cortejo penitencial, y La sagrada imagen, única protagonista, es espejo donde encuentra alivio y consuelo la retina del alma. Cuando la noche cubre sus hombros con una esclavina morada, las MM. Benedictinas reciben la visita de la Virgen. Es la primera estación que realiza esta singular manifestación de religiosidad popular. La capilla conventual se transforma entonces, y acaso más que nunca, en ciudadela mística. Bajo las bóvedas y las pechinas donde resaltan las armas reales de España y los escudos de los Quiñones, las voces blancas de las religiosas de San Benito componen un salmo que deviene en hontanar espiritual. La segunda estación se lleva a efecto en la plaza de Santo Domingo. Allí, el coro compuesto por devotos y braceros conforma una oración comunitaria donde urgencia y temporalidad se diluyen sin remisión. «Fervor puro a la sombra de los siglos», es un verso de Luis Cernuda que resume el maridaje que sostienen la Virgen del Mercado y la capital del Viejo Reino. Y es que la devoción que ha depositado, y deposita, el pueblo de León en la «Morenica del Mercado» desconoce mengua, fisura o menoscabo. Y, por supuesto, la feligresía en pleno. La cosa no es de ayer. Siempre fue así. Sin ir más lejos, hace ahora cuatro décadas, el 30 de marzo de 1966, Marcelo M. Aláiz escribía en Diario de León: «Es la única procesión de León en la que no vemos hombres aparte, claro está, de los jóvenes del Mercado, que portan las andas de la imagen. De los del Mercado y de los que vivieron allí y ya buscaron otros lugares, porque todavía son muchos los que se desviven por llevar las andas, aunque no tengan residencia en el barrio, y aunque hayan pasado l a edad de la juventud. Algo tiene el agua cuando la bendicen». El 9 de febrero del año 560 se admite como fecha en que La Virgen se apareció a un pastor en el lugar donde se alza ahora una cruz de piedra en la plaza del Grano. Abona la referencia un legajo de 1663. En la sacristía del templo parroquial un fresco recoge la escena. De ello se desprende que la «Morenica del Mercado» concentra devociones y fervores desde tiempos inmemoriales. Esta tarde, finalizados los actos litúrgicos del último día del novenario, que se lleva a término con una intención especial: la paz del mundo, a la vera del Camino Francés, al atardecer, como decían las antiguas crónicas, comienza la Semana Santa de León.

tracking