Diario de León

DESDE LA CORTE

En un hotel de Bilbao

Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

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NI PATXI López es Pedro Almodóvar, ni Arnaldo Otegi es Penélope Cruz. Pero como si lo fueran. Habrá tantas cámaras como si las convocaran dos estrellas de cine. Será la entrevista más absurda, pero la más esperada. Vino rodeada por una intensa emoción política, azuzada por Aznar, que ha visto la rendición de Zapatero ante el fuerte apache de los terroristas. Estuvo marcada por una grave tensión judicial, con demandas de que tal obscenidad fuese impedida. Encuentra gran oposición mediática, cuyo exponente podría ser Roberto L. Blanco Valdés, que ayer se preguntaba por qué se hace este gran regalo a Batasuna. Y tiene la carga emocional de un demócrata dándose el pico con un mentor de asesinos. No es extraño que acuda tanta prensa: es como si se estrenara la película «Reunión consentida». El «gran consentidor» ha sido Baltasar Garzón. Ha aterrizado en la Audiencia Nacional marcando estilo. Ha dictado su primera resolución dejando claro cómo la Justicia atiende al clima social y a la situación política. Donde una parte de la opinión publicada y de todo el PP ve comportamiento vergonzoso del poder, Garzón contempla un diálogo más, de los muchos que se practican con quien ha cometido delito. Y donde Grande-Marlaska seguramente habría visto una actividad prohibida de una organización ilegal, Garzón contempla el derecho personal de unos individuos. ¿Es que alguno de los dos magistrados incumple la ley? No. Sencillamente la interpretan de forma distinta. Uno, de forma rígida. Otro, de forma flexible. Ahora entendemos por qué los ministros ponían una cara tan feliz al oir el nombre de Garzón: intuían que con él llegaba un cooperador. Ayer lo ha confirmado. Desde ayer, desaparece un obstáculo judicial para la negociación política. Cuestión distinta es lo que salga de la reunión. Me parece ingenuo -ojalá me equivoque- imaginar al ciudadano Otegi proclamando su voluntad de aceptar la legalidad. Tiene la obligación de vender mucho más cara su conversión. Me parece suicida que Patxi López pueda proclamar a la primera de cambio que todo está bien encarrilado. Y me parece bien que se junten: peor es que se estén viendo de tapadillo, sin que sepamos si pactan la autodeterminación o la entrega de Navarra. Lo peor para los reunidos será el comunicado o el contenido de la rueda de prensa final. No es que les resulte difícil encontrar un puñado de frases polivalentes, al estilo de Rodríguez Zapatero. Es que Garzón les dejó un aviso: hará actuar la ley si el contenido de la reunión ha sido delictivo. Así que ya saben: mucho cuidado con los términos y, en cuanto a la reunión PSE-Batasuna, simplemente no existió. Se han reunido dos ciudadanos privados. Como Penélope y Pedro.

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