Diario de León

LA VIDRIERA

Las enseñanzas del «Katrina»

Publicado por
ANXO GUERREIRO
León

Creado:

Actualizado:

DOCE meses después de que el Katrina asolara el sureste de Estados Unidos, Nueva Orleans sigue sin tener diques adecuados para afrontar la nueva temporada de huracanes, más de la mitad de la población (200.000 personas) no han podido regresar a sus hogares, la mayoría de las viviendas muestran todavía las huellas de las inundaciones, siguen apareciendo cadáveres y amplios sectores de la ciudad carecen de luz y agua corriente. Las imágenes que en el aniversario de la catástrofe llegan desde Luisiana no sólo deslegitiman políticamente al Gobierno presidido por el inefable Bush, sino que impugnan el sistema social vigente en aquella gran nación. ¿Podría producirse una situación parecida en una gran ciudad europea como consecuencia de una catástrofe similar? Afortunadamente, todavía no. Por eso espero que los ciudadanos europeos aprendamos bien la lección y tomemos plena conciencia de la superioridad moral de nuestro modelo social y, en consecuencia, comprendamos la necesidad de valorarlo y defenderlo. Porque lo que el Katrina ha puesto en evidencia es un modelo social que se intenta difundir a escala planetaria, el americano, que basado en un feroz individualismo desprecia tanto las soluciones colectivas como la cohesión social, e implica implícita o explícitamente los postulados del darwinismo social. En Estados Unidos, los sectores conservadores y el pensamiento económico dominante consideran al Estado una pesada carga. Reagan hizo de la oposición a los impuestos y, específicamente, de una disminución sustancial del impuesto sobre la renta, el instrumento central de su política. Los Bush -padre e hijo- no han sido menos concretos; su promesa electoral de no aumentar los impuestos fue en ambas campañas electorales, y por amplio margen, el más publicitado de sus compromisos políticos. Los tres convirtieron la reducción de impuestos en el eje de una estrategia destinada a reducir la actividad pública en su conjunto. Esa es la razón que explica que el gasto público favorable a los acomodados, el que se destina al rescate de los naufragios financieros y, por supuesto, el pago de los intereses, constituyen la parte sustancial del presupuesto federal de Estados Unidos y la que ha experimentado, con mucha diferencia, el mayor incremento en los últimos tiempos. A todo ello hay que añadir el desenfrenado gasto militar, que en el presente año superará, por primera vez en la historia, el de todas las naciones del mundo juntas. Lo que queda -gastos para ayuda social, viviendas asequibles, servicios médicos para los más necesitados y las diversas y agudas necesidades de los grandes barrios pobres- es lo que se considera la onerosa carga del Estado. Por eso el Gobierno de George W. Bush, ineptitud manifiesta al margen, no ha podido prevenir una catástrofe anunciada y por esa misma razón Nueva Orleans aún muestra las huellas de la tragedia un año después. El Katrina no sólo ha arrasado Nueva Orleans y otras ciudades del sureste americano, también se ha llevado por delante el mito del modelo americano.

tracking