Diario de León

DESDE LA CORTE

Una cuestión de pedigrí

Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

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HAY una noticia que refleja todas las perversiones políticas de este tiempo. Es una noticia normal, producto del funcionamiento también normal del sistema y de sus instituciones, pero que revela las miserias y servidumbres del partidismo. Es la siguiente: don Enrique Múgica, Defensor del Pueblo, ha presentado recurso contra el Estatuto de Cataluña ante el Tribunal Constitucional. Entiende que un centenar de artículos contradicen nuestra norma básica. Como pueden observar, es lo más normal del mundo: un señor, o una institución, entienden que una ley viola el orden constitucional, y acude a donde tiene que acudir. La normalidad sería esperar que el Tribunal decida. Si se da la razón al Defensor, bendito sea Dios. Y, si se la quita, también sea bendito. Eso ocurriría en cualquier país. ¿Qué pasa en España? ¿Cómo han reaccionado los supuestos perjudicados por el recurso? Con una antología del disparate en las reacciones. Hay nacionalistas que lo entienden como un exceso de atribuciones del Defensor, y aseguran que no está para dañar así al pueblo catalán. Los socialistas, viejos compañeros de Múgica, lo califican como un hombre parcial. Y quien acaba de ser ministro de Industria, el señor Montilla, interpretó en la televisión que el Defensor presenta el recurso por dos razones: porque está muy agradecido a Aznar por su nombramiento, y porque su trayectoria personal y familiar -supongo que porque ETA ha matado a uno de sus hermanos- lo llevan por ese camino. Pero no se pierdan ustedes tampoco las justificaciones de quienes le respaldan. Unos basan sus argumentos en que Enrique Múgica tiene un pasado socialista, y otros en que ha sido un luchador antifranquista. Eso lo carga de legitimidad. Si, por un casual, hubiera procedido de otro sector, o hubiera sido conservador en vez de socialista, don Enrique estaría huérfano de apoyos. Si tuviera un antecedente de inactividad en el anterior régimen o de militancia en el PP o UCD, sería un peligroso conspirador contra el nuevo modelo territorial de España. Habría que cesarlo. Este cronista pertenece al grupo de contribuyentes que asistieron tranquilos al debate de constitucionalidad del Estatuto de Cataluña por una razón: porque confía en que estamos en una democracia bastante sólida, con mecanismos y garantías suficientes como para embridar los intentos de asalto a la Constitución, que los hay y habrá más en el futuro. Ahora veo que no. Las reacciones que ha provocado Múgica y su recurso indican que no se aceptarán fácilmente las sentencias del Constitucional. La consistencia y credibilidad de los recursos no dependen de las razones aportadas, sino de quien las aporte. Y lo más increíble: dependen de su pedigrí.

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