La difícil sostenibilidad en el Alto Sil

EVOLUCIÓN. Quizá sería la palabra elegida para definir el constante y acelerado proceso de cambio que casi todo experimenta en la sociedad moderna. El controvertido concepto de desarrollo sostenible no es ajeno al proceso y así hoy la Estrategia Revisada de la Unión Europea por la Sostenibilidad para cumplir sus objetivos le asigna varios principios rectores siendo el primero de ellos la promoción y protección de los derechos fundamentales es decir: la lucha contra todas las formas de discriminación y reducción de la pobreza en el planeta, puesto que no hay mayor insostenibilidad que el hambre. El segundo principio nos habla sobre la solidaridad entre generaciones, o lo que es lo mismo la equidad intra e intergeneracional: Hacer frente a las necesidades actuales sin poner en peligro las de futuras generaciones. De ello se deriva la urgencia de intervenir ahora si queremos preservar para el futuro el frágil equilibrio económico, social y ambiental que rige el mundo. Hay que empezar a hacer frente decididamente a las tendencias ambientales, económicas y sociales insostenibles. Desde esta perspectiva, los problemas ambientales son en realidad problemas socioecológicos: la sociedad no conseguirá solucionar grandes problemas como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la degradación del territorio, la contaminación química o los impactos de los modelos de producción y consumo, limitándose a buscar soluciones que mejoren el medio ambiente, si no a través de políticas complejas integradas e interdimensionales que tengan en cuenta a la vez implicaciones sociales, económicas y ecológicas. En este campo, como en otros, Europa desarrolla una política medioambiental ejemplar, estableciendo una Red de espacios que por sus valores y a propuesta de los estados miembros, son declarados de Interés Comunitario (LIC) con el objetivo de mantener en un estado de conservación optimo esos valores naturales, paisajísticos y culturales que atesoran. Para conseguirlo han sido dotados de cobertura legal , de obligado cumplimiento evidentemente para los estados miembros, cuyo más alto exponente es la Directiva 92/43 Hábitat que establece entre otras, la obligación de elaborar planes de gestión que garanticen y combinen a largo plazo su conservación con las actividades económicas y sociales. Es la Red Natura 2000 en la que tantas esperanzas hemos depositado muchos de nosotros. Pronto se observa la necesidad de financiar adecuadamente esta gestión, pues si según el principio comunitario de que «el que contamina paga y repara», lógicamente el que conserva recibe o percibe, y para ello el artículo 8 de la citada directiva establece la forma de hacerlo aunque de manera poco clara y aún sometida a debate en al actualidad, percibiendo así la opinión pública la escasez de recursos económicos para los LICs y siendo por lo tanto urgente la clarificación de esta financiación en el corto plazo. En no pocas ocasiones, como es nuestro caso en Alto Sil, el objetivo de conservación del LIC encuentra serias dificultades, cuando no manifiesta incompatibilidad, con las actividades económicas propias del espacio y que tradicionalmente han despreciado absolutamente la conservación medio-ambiental del lugar, caso de la minería a cielo abierto, gran depredadora de los recursos naturales, que ha venido a sustituir a la minería de interior más respetuosa con el medio a la vez que generadora de más y mejor empleo. No se debe olvidar que gran parte del Alto Sil se encuentra declarado Reserva de Biosfera por la Unesco cuyo objetivo más destacado es la búsqueda de un desarrollo socio económico armónico con la conservación del medio ambiente contribuyendo a formalizar una alianza entre administraciones, sectores sociales, gestores de espacios y sociedad civil que proyecte la cooperación, la experimentación y la investigación interdisciplinar para impulsar la sostenibilidad del desarrollo. Por otra parte se deberá tener en cuenta que el LIC Alto Sil además de su gran extensión con casi 44.000 hectáreas, su importante biodiversidad, con 23 tipos de hábitat de interés comunitario con 7 de ellos de conservación prioritaria y docenas de especies de fauna y flora varias de ellas en peligro de extinción o vulnerables a la alteración de su hábitat, es igualmente uno de los más poblados con más de 17000 almas, todas ellas con la arraigada costumbre de comer dos veces al día como mínimo. Obviamente y por todo ello se deduce por un lado la extraordinaria calidad ecológica del LIC y por otro la no menor dificultad de conjugarla con su actividad económica más destacada si se continua potenciando la extracción del mineral a cielo abierto en detrimento de la minería de interior y pasándose por el arco de triunfo las directivas europeas, la legislación española y el Plan del carbón 2007/2012 que cuantifica la procedencia de los carbones adjudicándoles determinados cupos según estas. El debate esta servido: el ciudadano de a pie, a veces cuidadosamente desinformado, los empresarios carboneros prepotentes por definición y otros sectores como el cinegético que ansían campar lo más libremente posible (sin que se pueda o deba generalizar, obviamente) perciben claramente los inconvenientes, las incomodidades o las restricciones magnificándolas en algunas ocasiones, pero pocos defendemos abiertamente la necesidad de conservar gratuitamente este espacio como proveedor de servicios ambientales tangibles e intangibles, reservorios de fauna y flora, sumideros de carbono o donantes de aire limpio y agua pura valores todos ellos en declive a día de hoy en todo el planeta. Y a todo esto con una administración regional ausente o inoperante y que a buen seguro desearía que este LIC se ubicase en Escandinavia. Es desde luego de máxima prioridad que los pobladores perciban claramente la rentabilidad económica de la conservación y entiendan que el potenciar los usos sostenibles es además de necesario, rentable. Para ello parece que la mejor opción pasaría por publicar sin mas demora, el borrador del Plan de Recursos Naturales (PORN) del Alto Sil como documento de participación y consenso social. Una vez aprobado el PORN el siguiente e inmediato paso sería la declaración oficial de este espacio como Parque Natural y de este modo y con el Plan de Mejora que la Ley de Espacios Protegidos contempla, poder acceder a fondos que contribuyan a poner en valor, de forma sostenible, los recursos naturales y culturales, ayuden a detener el proceso de despoblamiento y en definitiva incidan en la mejora de las condiciones de vida de la población. El futuro se vislumbra incierto y las dificultades se intuyen formidables, el cambio climático y la superpoblación del planeta amenazan con consecuencias globales catastróficas y no será en regiones con su entorno deteriorado y sus recursos hídricos y naturales comprometidos donde se podrá desarrollar una población con posibilidades de permanecer y de mantener una digna calidad de vida.