La única condición

EL PSOE pacta con el PA, el PA pacta con quien sea, el PP pacta con quien le conviene, IU con quien puede, pero en todos hay una común aspiración para llegar al temporal acuerdo: reservarse la concejalía de Urbanismo. La de Educación está menos disputada y no digamos la de Cultura donde abundan los ediles que creen que Ortega y Gasset eran dos que escribían en colaboración. Tampoco se aglomeran los que desean influir en Asuntos Sociales, ni siquiera en Comercio y Turismo. La cola se establece en Urbanismo. -Yo quiero ser concejal de Urbanismo, no me interesa ser alcalde. En muchos pueblos españoles, para no dejar descontento a nadie con posibilidades de cambiar en poco tiempo su situación económica, se han llegado a establecer turnos. -Yo alcalde y tú en Urbanismo, pero no temas que me vaya al tratamiento, ni a las carrerillas de los ujieres, que a mí lo que me interesa es lo otro. -Da igual que el regidor elegido sea alguien que desertó de la tiza, abandonando su sagrada profesión de maestro: lo que desea fervientemente es vivir del tinglado de la farsa y únicamente aspira a que lo pongan donde haya. Lo demás corre de su cuenta corriente. Las democracias exigen respeto a las minorías, pero también respeto a los demócratas. Ahora lo que se cotiza más es ser «la llave». Veremos a ver con quién me junto. No importa que sea el más opuesto a lo que he venido postulando. Lo que importa es la formalidad en el reparto, como en todas las mafias. Los que triunfan van a Urbanismo y los que fracasan a las Diputaciones, que se están convirtiendo de la fosa común de los que aspiraban al éxito electoral. Nuestra democracia tiene acné juvenil y abundan los golfos granulados.