Todo es víspera

EL PORVENIR se va a hacer esperar. Le va a ocurrir lo mismo que a los que aguardan el resultado de las investigaciones sobre las presuntas estafas cometidas por Dermoestética. Precisamente es de una operación de estética, que incluya la línea interior, de lo que anda más necesitada España. Las elecciones serán en marzo, que es cuando corresponden, ha dicho el presidente Zapatero, pero ha omitido decir cuándo sería más conveniente convocarlas. El fracaso de las negociaciones con la tenaz banda etarra ha hecho que todo tenga un aroma de víspera, pero el dinero, que nunca ha aspirado a que le den la medalla del valor, ha tomado ya sus precauciones. No sólo las ve venir, sino que teme que se le vayan y la subida a 4% de los tipos de interés trastorna a las inmobiliarias, que se creían inamovibles. La bolsa también trastabillea, casi en la misma proporción que la vida. La verdad es que no hay ocasión de aburrirse. Los españoles nos podemos quejar de muchas cosas y algunas veces por gusto, aunque quejarse sea de bellacos, pero no podemos decir que nos invada el tedio. Hace un taco de años que Aristófanes dijo que los políticos son los monos del pueblo, pues bien, ahora siguen andándose por las ramas. ¡Qué saltos pegan! El preso más famoso de España se ha convertido en mediopensionista, pero hay quienes desean que recupere su condición de interno. Para merecerla tuvo que matar a mucha gente y quizá no sea justo que se olviden sus méritos. El ex líder del «comando Madrid» ha sido trasladado en ambulancia a la cárcel de Aranjuez, pero lo peor será cuando tengan que trasladar a Rubalcaba a un psiquiátrico y le prohíban que lo visite Rajoy. Aquí van a pasar muchas cosas, además de las que están pasando. Todos somos «parte del proceso» y debemos permanecer atentos a la pantalla.