Diario de León
León

Creado:

Actualizado:

QUÉ HABRÁ sido de las dos niñas de la inauguración de los Juegos, la guapa y la fea, según se las conoce ya en todo el planeta. Cómo recordará el lector, los trinos patrióticos celestiales de la niña guapa no eran suyos sino de la niña fea, a quien se tenía oculta detrás de un biombo. El periodismo occidental se ha escandalizado con este efecto especial, pero cada país hace los chous oficiales como sabe y puede, aunque, por ejemplo, lo de nuestro Chilicuatre en Eurovisión no se hubiera arreglado ni con los tres tenores en los coros. Dos niñas y un destino incierto, y todo porque Occidente ha descubierto el truco, que para mí no es tal, o sólo en cuanto un espectáculo es siempre espejismo. Pobrinas. Oriente es una cultura del honor, la nuestra lo fue, pero hace ya mucho que nos hemos quedado en mero qué dirán. La niña guapa, condenada a vagar para siempre por los karaokes baratos. La niña fea, en cambio, se hará ninja y, al menos, tendrá un trabajo que le permitirá ocultar su rostro. Y todo por quién cantó o dejó de cantar realmente un himno ante tres mil millones de espectadores potenciales. En mis inicios profesionales entrevisté a un domador; mi sorpresa fue mayúscula al constatar que los rugidos de sus leones estaban grabados en playback, pero tras el asombro inicial concluí que aquello era también una gran proeza circense, aunque fuera de la picaresca. Casi nada es nunca lo que parece, ni siquiera la verdad. Ante China, lo de menos ha de ser ese cambiazo trilero. Estamos ante una potencia emergente, como dicen los cursis. Y ese emerger es inquietante, añadimos. En fin, a mí las dos criaturas me parecen muy guapas, como todos los niños y las niñas del mundo, salvo Brad y Angelina que nacieron rematadamente feos, y sin arreglo posible.

tracking