Los orígenes napolitanos de Beberide

LA PASADA semana la Asociación de Pintores del Bierzo inauguraba, en la Casa de la Cultura de Ponferrada, su exposición anual que, en esta ocasión, dedican a conmemorar el aniversario del nacimiento del artista villafranquino Norberto Beberide. Si no hubiera sido por esta exposición, el centenario habría pasado sin pena ni gloria, al menos para mí, aunque tampoco recuerdo que en su villa natal se haya hecho el menor acto que rememore a este artista tan singular. Beberide fue una persona profundamente ligada a su Villafranca natal, en la que vivió prácticamente toda su vida, con la excepción de algunos años de su juventud en los que probó fortuna en Madrid, donde conocería, en los años de la República, una cierta popularidad por sus buenas y penetrantes caricaturas de personajes públicos de la época. Norberto Beberide nació en Villafranca en abril de 1908. Todos los pormenores de su biografía y la calidad de su arte nos son bien conocidos por el libro de Amparo Carballo, publicado por el Instituto de Estudios Bercianos en los años ochenta. Por él conocemos algunos pormenores de su familia, que regentaba una confitería en la villa del Burbia, su paso por Madrid en su juventud como caricaturista y sobre todo el interés de su actividad como ilustrador, en la que fue realmente bueno, por no decir muy bueno, tanto por su extraordinaria sensibilidad como por su maestría en el manejo del lápiz y el pincel. Especialmente conocidos son sus dibujos sobre el Quijote. Mi interés, y mi pequeño homenaje a Beberide al que también recuerdo como autor del escudo heráldico de Cacabelos, se debe al hallazgo hace ya muchos años de un documento que habla sobre los orígenes de los Beberide. Se trata de una escritura fechada en Villafranca del Bierzo el 30 de noviembre de 1790, en la cual Pascual Beberide rompe el compromiso matrimonial adquirido año y medio antes en el pueblo de Quiruelas de Vidriales, en el partido de Benavente, con una muchacha soltera llamada Nicolasa López, a quien había dado palabra de matrimonio. Entonces estas cosas eran bastante más serias que ahora. Una vez establecido en Villafranca, por medio del cura de Quiruelas, don Joaquín Fraile de Prado, trató de romper formalmente con aquel compromiso, para lo que otorgaba escritura pública, al tiempo que pedía a Nicolasa que hiciera otro tanto. En el escrito Pascual Beberide, que dice ser mayor de 25 años, se declara natural del lugar de Booque, inmediato a la ciudad de Ribel en Nápoles. Por más que he intentado localizar este lugar de Ribel me ha sido imposible. La transcripción del documento (un protocolo notarial del Archivo Histórico Provincial de León) es correcta, aunque puede que el escribano no tomara bien el nombre, o que yo no busqué suficientemente; en todo caso se trata del reino de Nápoles. Pascual se estableció en Villafranca, dice, para ejercer su oficio de calderero, profesión que como se sabe solía tener mucho de ambulante, como hacían los de Miranda, de los que sabemos que tenían una jerga propia. Probablemente, una vez en la villa del Burbia, el susodicho Pascual encontró una nueva mujer y esa fue la razón para romper sus compromisos con la zamorana. Tampoco hay que olvidar los lazos de Villafranca con el reino de Nápoles, pues varios marqueses fueron virreyes, además de duques de Fernandina. De aquel Pascual provienen todos los Beberide que, desde entonces, han echado raíces en Villafranca del Bierzo.