Independencia

RECUERDO que cuando comenzó la Transición, no entendía que se regulara el salario de alcaldes y concejales, porque hasta entonces sólo cobraban dietas por asistir a plenos y comisiones, pero estaban lejos de poder sustentarse con ellas. Y se dijo que se hacía para que nadie dejara de dedicarse a la actividad política por falta de medios.

Esa era la teoría, pero treinta años después hay mucha gente que ha hecho de la política su medio de vida y como tal lo defiende con uñas y dientes, o está dispuesto a tragar lo que sea con tal de seguir en el machito y de mantener el momio. Por eso vemos que hay auténticas puñaladas por entrar en las listas durante la época electoral, en un puesto susceptible de salir elegido, porque así se tiene asegurado el sueldo cuatro años. Pero el sufrido pueblo, el votante, cada día está más convencido de que sólo le quieren para que eche su papeleta en la urna tras haberle regalado los oídos con lo que quiere escuchar, promesas de las que se olvidan con la misma rapidez que las formulan. Pero también sucede que hay personas independientes económica y politicamente, que no apuñalan por un puesto en las listas, que no tienen carné alguno y que como tienen un prestigio reconocido a veces son pretendidos por los partidos para que entren en política y a veces también aceptan, sabedores de que pueden hacer mucho. Ese era el caso de Humildad Rodríguez Otero, hasta el pasado martes día 13 concejal de Medio Ambiente, presentada como independiente en las listas del PSOE. Y como tal independiente dimitió por no estar de acuerdo con olvidar una promesa electoral de un programa que asumió como suyo hasta sus últimas consecuencias. Gracias, Humildad, por demostrar que todavía hay gente independiente en la política, que no traga ruedas de molino. Gracias.