Sublevación en la granja

PARECÍA que todos los habitantes de la Granja conocían su cometido y estaban dispuestos a respetar minuciosamente las normas de los directores del bando, cuando como sin comerlo ni beberlo, surgió la sublevación de los animosos y disciplinados animalitos, creando un cierto estado de subversión que hacía temer un cambio radical en los usos y costumbres que habían articulado la vida de la granja.

Esto, que el creador de la historia, Orwell, había inventado para ejemplaridad de la sociedad animal, produjo una cierta forma de sublevación de los seres reunidos para la más feliz y provechosa convivencia. Y se produjo, parece ser que inevitablemente, la sublevación de los habitadores de la granja modélica.

Bueno, esta novelesca aventura de gallinas, cerdos y otras especies produjo, por los efectos imprevisibles de los animales con mayor capacidad de invención el cambio, la reforma, la transformación de los seres y del entorno. El libro de Orwel pasó a componer la historia más apta para su aplicación en una sociedad humana o inventada que más posible influencia viene ejerciendo.

De tal modo que con el tiempo y una caña, aquella sociedad ideal se convirtió en una revuelta egoísta y no bien equilibrada, de la cual, si no se proponen medios para evitar la incoherencia se terminará por construir un Estado de libertinaje, para pasto de hábiles, insaciables y malévolos ocupantes.

El resultado fue el curso de la sociedad revolucionada de la granja. Cabe también aplicar sus aleccionamientos en toda forma de sociedad humana manejada más o menos por los animales de la granja con mayores ambiciones, o el espíritu que se desprende por ejemplo de una sociedad humana inquieta y confundidora hacia la que nos dirigimos a la sombra de la crisis, aunque sobre todo, por la impura fórmula empleada para su mejor gobierno por los habitadores de la ínsula en la que aparece establecida la ficción novelística.

León, por ejemplo, es un decir, aparece ya como una copia forzada de la granja Sublevada y se producen relevos políticos y auspicios municipales difícilmente ejemplares: Unos suben y otros son precipitados en el barranco de los condenados. Los medios de formación, como, la Universidad, al fin alcanzan el derecho de disponer de una significación universitaria de Escuela sanitaria y en un municipio modélico por su capacidad de cambio imprevisible se produce no obstante, la elevación a la categoría de novísimo portavoz, sumiendo en el desconsuelo a una edil que durante diversas épocas figuró entre los miembros municipales más activos.

En suma, se está produciendo entre los habitadores de la granja, la siempre malévola sustitución de los unos por los otros.

Y este movimiento telúrico ha producido el inevitable movimiento sísmico-político que los unos y los otros andaban buscando...

La sublevación de la granja es un hecho. Y algunos criadores de efectos de ajuste político se disponen a ocupar el lugar que les corresponde. Suerte nos de Dios...