Diplomacia de la foto

MICHELLE es culona, espaciosa de ancas y larga de piernas. Ha causado estragos al punto de permitirse toquetear a esa Doña Isabel que, hay público para todo, es el rancio símbolo intocable de millones de isleños ingleses. El discurre como si la política tuviera «swing». Bob Dylan ha dicho que es un personaje de ficción pero real. Sarkozy el besucón solo pudo darle la mano pero una chica de Estrasburgo logró estamparle un beso. Los secundarios que no han podido tocar al santo se han hinchado a fotos. Por el poder de las fotos se ha arreglado la crisis que arrastrábamos y se ha abierto el camino al horizonte. Al final, ha bastado una foto para que se dispare la bolsa, un nido de chismes y matuteo que nos retrata a todos.

El comunicado de Londres era largo, hacía la vista gorda y la letra pequeña. Declaraba inyecciones osadas de dinero, muchas ya estaban previstas, auspiciaba un engorde general del 4%, al engorde del PIB nunca se le llama -˜burbuja-™, prometía parchecillos progresivos contra los paraísos fáciles y, por último, decidía, reafirmaba, acordaba y reconocía varias veces diversas generalidades. No era menester mencionar milagros ni esbozar modelos. Para eso estaban los trapitos de Michelle, los andares de Barak, las perchas que centraban las fotografías y los reportajes televisivos: Michelle exuberante, Isabel humilde por una vez, Carla modosita o perversa, Barak Husssein vacilón sin pasarse, Sarkozy ansioso, Berlusconi ridículo para no perder práctica, Angela asentada, ZP esperando que se asentara en su hombro la mano de Barak Hussein y le ordenara «levántate y anda».

Se levantó, anduvo y salió en la foto. Nunca en la historia de la humanidad se había tirado tamaña cantidad de fotos oficiales. Todas llevaban inscrita la misma leyenda: «Unidos contra la crisis». Pues la crisis es un factor externo. Ninguno había tratado con Madoff ni con Greenspan. Ninguno de los miembros de las farándulas de Londres, Estrasburgo, Praga y Estambul tenía nada que ver con alguien tan exógeno como dicha señora. ¿Por qué, en vez de enviar tropas a Afganistán, no ponen a la Otan a luchar contra la crisis?

Hay que decir que la Otan ya no lucha, es un mero órgano de solidaridad entre los pueblos. La nota discordante la puso el mandatario turco que pretendió vetar al mandatario danés que no había protestado por las caricaturas de Mahoma. La maldición del turco surtió efecto. La noche de su primer día de maniobras, el danés fue al retrete y se fisgó el hombro. Dos veces apareció en la foto, una sin ZP, otra con ZP, las dos con el turco, incivilizado socio de algún tipo de alianza. La prueba de que la alianza de civilizaciones es viable es que el PSOE y el PP han firmado la paz en el País Vasco. Un día de estos, se publicará una foto de la boda Patchi-Basagoiti.