Un discurso no tan único
El corro | pedro vicente
Frente a los encajes de bolillos a que se ve obligado Zapatero para sacar adelante las votaciones en el Parlamento -eso que se ha dado en llamar geografía variable- el PP ha presumido siempre de mantener un único discurso nacional en toda España, sin defender cosas diferentes en unas comunidades que en otras. De ser cierto, sería loable, aunque quepa dudar que ocurriría si el PP tuviera que gobernar sin mayoría, necesitando el auxilio de alguna de las minorías nacionalista. Existe el precedente de aquella legislatura en la que Áznar, además de hablar catalán en la intimidad, abrió el melón del traspaso gradual del IRPF a las comunidades autónomas.
Precisamente porque no es lo mismo mantener una postura estando en la oposición que gobernando, en Castilla y León hemos tenido ocasión de comprobar recientemente como ese presunto discurso único del PP a veces no es tal. El caso mas reciente ha sido el de los incentivos a la producción del carbón, asunto de vida o muerte para nuestras cuencas mineras. Mientras la Junta ha estado reivindicando ante Madrid y Bruselas la vigencia de dichos incentivos, la pasada semana vimos con estupor como Mariano Rajoy reprochaba al gobierno Zapatero el mantenimiento de esas ayudas.
Y no vale decir, como ha hecho Juan Vicente Herrera, que fue un desliz, o que Rajoy fue malinterpretado, como ha pretendido hacernos creer el PP leonés. No cuela. Rajoy se atuvo a la postura oficial del PP nacional, que había anunciado hace tiempo su oposición al decreto que incentiva el consumo del carbón autóctono. Otra cosa es que, al comprobar que esa oposición dejaba al PP de Castilla y León a los pies de los caballos, a Génova no le quede mas remedio que rectificar, cosa que hará porque es gratis. En todo caso, esa forzada rectificación no disipará una duda más que razonable: ¿Qué será de los incentivos al carbón si Rajoy llega a La Moncloa?
El de la minería no es el único desencuentro mantenido últimamente entre la dirección nacional del PP y la del mismo partido en Castilla y León. La estrategia a seguir acerca de las Cajas de Ahorro no puede ser mas dispar entre ambas. Al tiempo que Rajoy aboga por la despolitización de las entidades de ahorro, el secretario de Economía del PP. Cristobal Montoro lleva meses desgañitándose contra las fusiones acotadas a una misma comunidad autónoma, censurando sin ambages los intentos de los gobiernos autonómicos de promover «bancos regionales» que a su juicio acabaran debilitando aun mas el sistema financiero. Lo de despolitizar las Cajas suena a chiste malo después del espectáculo coprotagonizado por el propio Rajoy en Caja Madrid, para cuya poltrona ha apadrinado al «independiente» y «apolítico» Rodrigo Rato. Y sobre las fusiones, sobradamente conocida es la fallida estrategia de la Junta de convertir las Cajas de Castilla y León en ese «banco regional» que denosta Montoro. Una obcecación que ha llevado al gobierno Herrera a vetar posibles fusiones entre nuestras Cajas y las de otras comunidades. Justo lo contrario por cierto de lo que hizo la propia Junta cuando, en lugar de impulsar la fusión de las cajas rurales, autorizó la absorción de la Rural del Duero por la andaluza Caja Mar.